Para el artista plástico pintar es un proceso de autoconocimiento.
Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Cortesía
A temprana edad, sus dotes como artista fueron descubiertos por su madre. Juan Zaragoza tenía apenas seis años cuando expuso por primera vez su destacada obra en el periódico mural de su escuela. Después de eso, el camino ya lo tenía muy claro.
Cuando cumplió 14 años, ingresó formalmente a la escuela de artes, y con ello se vinieron una serie de situaciones que le dieron claridad de pensamiento. Las artes plásticas, el dibujo y la escultura se convertirían en sus nuevas pasiones. Tiempo después, a sus 17 años, toma una de las mejores decisiones de su vida: estudiar en la Universidad de Guanajuato la carrera de Artes Plásticas.
“Pintar para mí es un proceso de autoconocimiento. Conocerte a ti mismo te muestra quién eres y que probablemente no serás la misma persona de siempre”, comenta. Y es que asegura que su actual obra no es la misma que ha pintado toda su vida porque ha habido una transformación en él como persona y como artista.
Juan Zaragoza empezó como tradicionalista, es decir, le gustaba dibujar y pintar lo más realista posible. Después, conoció algunas técnicas contemporáneas como la instalación y el ready-made, es decir, otra serie de estilos y formas de expresarse. Con el tiempo, cambió al abstraccionismo que ya no era tanto como un dibujo o una forma clara, sino algo más interpretativo. Así mismo, se describe como una persona clara y, al mismo tiempo, misteriosa que se va descubriendo.
El nacido en el municipio de Pátzcuaro (Michoacán) recuerda el amor por los paisajes y la naturaleza de sus raíces. Más tarde se mudó a San Miguel de Allende (Guanajuato) para dar clases y hacer realidad su sueño de abrir una galería junto con cuatro de sus alumnos.
Tras seis años intensos de arduo trabajo y una excelente respuesta por parte de la gente, tiene el orgullo de compartir que su obra se ha expuesto desde México hasta Estados Unidos y Canadá. A raíz de esto, retomó su gusto por el realismo, tal como lo hizo en los inicios de su carrera.
Este proceso que lo conectó con su punto de partida le tomó más de 20 años; sin embargo, hoy escucha más y mejor su lenguaje. Actualmente, su técnica es acrílica y luminista, una tendencia que es al mismo tiempo abstracta y figurativa. De cerca, sus cuadros proyectan una sensación abstracta como manchas de color, pero si tomas distancia empiezas a ver que esa mancha puede ser una flor, una piedra, etcétera.
Si quieres conocer un poco más acerca de su obra, no dejes de visitar su exposición en Restaurante & Mezcalería SINRAZON, Pátzcuaro, Michoacán.
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