La Guerra se Acabó: ¿Te has descubierto con dos situaciones que se contraponen dentro de ti? Dos caminos, dos personas, dos posibilidades, dos historias, ambivalencia, una bifurcación.
Por: Teresa Almanza
¿Te has descubierto con dos situaciones que se contraponen dentro de ti? Dos caminos, dos personas, dos posibilidades, dos historias, ambivalencia, una bifurcación.
Nuestra condición humana nos regala recursos infinitos para recibir y transitar nuestras experiencias como herramientas para cuestionar, comparar, aprender, mejorar, intuir, sumar, renunciar, construir, deconstruir, desistir, cerrar…etc.
Cuando lo que vivimos se encuentra frontalmente con algo que sentimos y/o pensamos de manera paralela o contraria, se genera tensión, se agrieta la armonía, sobrepensamos, viene la angustia, la duda, tristeza, ansiedad, enojo, evitación, irritabilidad… A veces también nos desbordamos. Son tantos elementos orbitando al mismo tiempo con implicaciones presentes y futuras que se espera que se desborde todo lo que intentamos contener bajo la resistencia.
Habrá un infinito de situaciones que quepan en lo que menciono arriba. Pensaba… ¿Y si hubiera más de dos formas, más de dos caminos? ¿Podríamos generar otra alternativa de solución? ¿Podríamos crearla desde cero? ¿Y si empezamos por hacer nada? ¿Y si le restamos prisa?
Así podríamos aquietarnos, enfriar la mente, permitirnos sentir lo que sea que estemos sintiendo y sí, podemos también elegir no guerrear. No con lo que naturalmente está siendo (de nuevo, es como pedirle al mar que se ponga en pausa), dejar de insistir en lo que hace tiempo estamos reviviendo con primeros auxilios. Podemos elegir que la guerra se acabó cuando nos damos cuenta que nunca existió, que no eres tu enemigo.
Cuando vemos que lo que nos pasa podemos ponerlo al servicio, que son escalones, no obstáculos, que se puede construir y ordenar en el caos y que todo eso siempre traerá frutos cuando elijamos eso: abrazarnos con una bandera blanca. Decirle sí a lo que es y lo que ya no es, determinar que la guerra se acabó porque desde un inicio, probablemente no existía, era un tramo que habríamos de recorrer para evolucionar nuestro potencial, no a dos caminos, sino a infinitas posibilidades.
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