El arte es un síntoma de que estamos o estuvimos vivos.
Redacción: Mayumy Salinas.
Fotografía: Cortesía.
Inspirándose en la vida, la supervivencia y en lo que llamamos “animal”; Luciano Rodríguez Peredo es un artista nacido en Guadalajara (Jalisco), él incursionó de manera formal en la industria del arte a partir de conocer al artista Roberto Hernández “El Tan”, quien después de ver su propuesta artística, le enseñó a trabajar con óleo, además lo invitó a participar en diversas exposiciones y concursos que lo llevaron a adentrarse en el medio de las artes visuales.
Luciano Rodríguez disfruta de la libertad, puesto que el arte al tratarse de un medio con el que accedemos a los componentes subjetivos, le da mucho valor a las posibilidades que permiten el contacto con elementos no intervenidos o que tienen pocas limitantes de parte de las reglas físicas. “Considero que, al tratarse de un mundo personal, podemos lograr realidades alternas absolutamente propias”.
El artista considera a nivel personal que el darle vida a cada una de sus obras es abordar problemáticas particulares con símbolos propios de él; es decir, su obra tiene una función de autoanálisis que trata de elementos profundamente propios, pero que a su vez son permeados por la realidad en la que se encuentra envuelto.
“Intento hablar de mi percepción sobre la manera en la que buscamos respuestas y a la vez sobrevivimos tanto en lo real como en lo personal”.
Su obra es creada bajo la inspiración de la existencia misma, pues es lo que mueve la creación antes y durante la producción, además de la luz, la materia, la carne y la sangre. Luciano Rodríguez considera que el crear arte es trabajar con la subjetividad en el estado más puro posible, se trata de tomar elementos que nos constituyen y poderlos procesar, encontrando una serie de códigos, signos y símbolos con los que se abordan todo tipo de experiencias; es buscar darle espacio a la realidad personal.
“Busco transmitir la experiencia vital a través de constantes referencias a la muerte, basándome en una permanente pulsión de vida como móvil del análisis y del entendimiento de lo que se oculta en la memoria y que nos hace actuar o no en distintas situaciones”.
La presencia constante de animales como protagonistas de un cuento son un distintivo del trabajo del joven artista, su obra es una especie de bestiario donde la fauna, principalmente local, es la condensación de lo que habita en su historia personal, que puede ser o no evidente, pero que gracias a ésta es posible observarlo. Sus obras son principalmente creadas a partir de pintura al óleo y en menor medida hace uso de grafito, carbón, acuarela, medios digitales y, ocasionalmente, la escultura.
“‘Arte’ es la manifestación de la subjetividad de lo que nos convierte en sujetos de nosotros mismos. Para mí no existe la vida sin el arte porque es también la manera de vincular el momento personal con el exterior”.