Autodefinido como una persona soñadora y con metas claras, Luis suele hacerse amigo de sus clientes, para quienes diseña espacios atractivos y funcionales.
Por: Mario Preciado (IG: @mariopreciado_)
Fotografía: Israel Giver (IG: @israelgiver)
Styling: Andrea Santoyo (IG: @andresantoyoo)
Locación: It Room
Cada viaje, cada postal que su mente guardó, cada restaurante visitado, cada fotografía tomada y el andar diario por la ciudad, son tan sólo una parte de la fuente de inspiración de este joven arquitecto que se perfila para ser un exponente del diseño de espacios comerciales en la ciudad. Luis recuerda que desde que tiene uso de razón, le gustaba ahorrar dinero para utilizarlo en viajes −suele hacerlo con su familia o con sus amigos− y cada vez que viaja lo disfruta y aprovecha; asegura que es entonces “cuando más abres tu mente y tu campo de visión”.
Egresado de Arquitectura hace tres años por la Ibero, en su historial familiar no hay un antecedente de alguien que se haya dedicado a esto y que lo haya motivado a estudiar dicha carrera; aunque, recuerda haber tenido desde chico esa parte visual que le hacía cuestionarse qué mejoras haría él a todo espacio en el que entraba, llámese una casa, restaurante o tienda.
Aún no egresaba y ya trabajaba medio tiempo para Grupo Espíritu, desarrollador de Viñedo San Miguel. Poco antes de salir de la universidad, una amiga lo invitó a desarrollar el proyecto del gimnasio 360 Cycle. “Fue una obra grande, no empecé con algo chiquito. Nunca se me va a olvidar que mi amiga confió en mí y me dio la oportunidad de comenzar a hacer mis propios proyectos. Le tengo un cariño muy grande a ella y al gimnasio porque lo tomé ya como un proyecto en solitario”.
Posteriormente, Luis trabajó el diseño interior de una casa en Ciudad de México, así como un showroom y oficinas para una marca de calzado en León. Asegura que sus primeros proyectos evidentemente fueron de conocidos suyos que lo contrataban, pero sucesivamente han llegado clientes por recomendación de otros. Actualmente trabaja la remodelación completa de un departamento, un restaurante, una escuela de maquillaje, un showroom y una oficina en una plaza comercial, entre otros.
“Es importante que el cliente pueda confiar en que voy sacar de sus ideas lo mejor para su proyecto”
Considera Luis que el diseño comercial es el área donde más puede explotar su creatividad, se pueden llevar los espacios al límite de sus posibilidades; diseña para un público y le parece fascinante eso de buscar cómo atraer a diferentes personas, desde luego siempre con la directriz del cliente. Cliente que, por cierto, suele tener bastantes referencias visuales previas a la intervención de Luis, pero que no siempre empatan en un mismo estilo; para ello, Luis se da a la tarea de que el proyecto, si bien refleje lo que el cliente desea, sea funcional y tenga un toque personal del autor.
Aunque todos los proyectos que ha hecho son diferentes entre sí, el arquitecto suele usar texturas y mucho color, le gusta que los espacios se sientan frescos pero que sean acogedores; asimismo, siempre incorpora detalles audaces y sugerentes. “Busco un balance entre lo que le gusta al cliente y lo que me gusta a mí; que el cliente quede muy satisfecho y yo esté muy orgulloso de mis proyectos”, finaliza.
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