Su trabajo lo considera un arte, pues cada rostro es un lienzo para hacerlo más hermoso.
Por: Laura Durán (@launiceduran)
Fotografías: Mario Preciado (@mariopreciado_)
Nació en 1973 en la ciudad de León, Guanajuato. Su primer contacto con la belleza fue el estilismo, encontrando así la satisfacción personal embelleciendo a los demás. Siguiendo este camino encontró que este embellecimiento permanecería por más tiempo a través de la micropigmentación.
Consciente de que la preparación es la llave de la perfección, persiste en constante estudio para seguir adquiriendo conocimientos emergentes y así mantenerse actualizada, sin dejar de lado la intuición, creando de esta manera sus propias técnicas que logren aumentar la belleza propia de una manera natural y sutil.
La percepción de la belleza en ella se ha encontrado, según recuerda, desde sus estudios en la secundaria. Disfrutaba de arreglar y ayudar a sus amigas y compañeras, descubriendo así el talento que poseía, y la naturalidad con la que lo ejercía.
Sus estudios comenzaron en una academia tradicional de estilismo, sin embargo,sin identificarse con el sistema de enseñanza, empezó a buscar otras opciones. Encontró una academia con técnicas actualizadas donde tuvo el privilegio de ser invitada a participar como maestra de corte de cabello, dejando atrás el pequeño negocio familiar donde trabajaba, para poder pagar sus estudios en la academia de belleza.
Al poco tiempo se casó y, junto con su pareja, montaron un gimnasio y una estética pequeña la cual le permitía arreglar y brindar servicios de belleza a los demás, mientras no descuidaba a sus hijos.
Tomó un curso básico de micropigmentación con Kim y Gloria Barto, después en Form Line donde fue invitada a trabajar en Expo Beauty Show de la Ciudad de México. Unos años más tarde colaboró con la Academia de Girona, en esta misma exposición y en Expo Mujer, lo que fue un gran impulso para su carrera. Con Form Line, pudo asistir a congresos internacionales, ganando el primer lugar por su desempeño y la experiencia que había adquirido.
“La micropigmentación o PMU es una técnica de implantación de pigmentos en la piel con el fin de resaltar o definir la ceja para que se vea más estilizada y así embellecer un rostro enmarcando la expresión, en los labios para dar más color y disimular imperfecciones, en los ojos para resaltar la mirada”. Pero para ella, “no es sustituir completamente el maquillaje; es algo con lo que te veas linda pero que sea sutil y discreto, algo que sea para el día a día, tomando en cuenta la edad y la personalidad de cada mujer”.
Su filosofía es que la micropigmentación debe de ir a la par con la naturaleza y resaltar la belleza individual, sin apegarse tanto a la moda ya que esta está en constante cambio.
Su publicidad se ha hecho de boca en boca, siendo su trabajo su mejor tarjeta de presentación; “cada persona que se acuesta en mi camilla, es como si yo me estuviera trabajando a mí misma, la atiendo como quisiera que me atendieran a mí, todas para mí son especiales”.
Hoy tiene su Clínica Belle en el norte de la ciudad en donde también ofrecen cavitación, depilación permanente, radiofrecuencia y, por su puesto, delineado permanente. Aquí trabaja de la mano con su sobrina, Andrea Contreras Jiménez, y su amiga, Verónica Alférez.