Desde muy joven estuvo envuelta en la joyería; hoy, su profesión y trayectoria le brindan la autoridad y conocimiento para crear fabulosos diseños inspirados en su entorno y lo cotidiano.
Por: Mario Preciado (@mariopreciado_)
Fotografía: Diego Torres (@torres8168)
La relación de Mary Pily con la joyería comenzó antes de ser consciente de ello, tiene una fuerte historia en la materia por parte de su madre, quien por cierto no sólo le enseñó sobre ello, sino también de arte, Historia y del mercado de lujo. Hoy, Mary Pily se encarga de la dirección comercial de Tendenza y diseña −en algunas ocasiones junto a su hermana Paulina− de una manera experimental extraordinarias piezas únicas y nada ordinarias.
“Mi mamá nos enseñó a no perder la capacidad de asombro; agradecer los paisajes que la naturaleza nos regala, así como las maravillas que han sido creadas por el hombre a través de los años. A que el tiempo es como el agua de la llave, cuando la tomas entre tus manos, por más que quieras no la puedes detener, así que hay que hacer lo mejor que puedas. Desde niña me llevaban a las ferias, veía las tendencias y cómo iban cambiando en metales, piedras y diseños”.
Después de estudiar un año en Canadá y regresar a León, estudió la Licenciatura en Mercadotecnia por el ITESM. Poco antes de graduarse recibió una oferta para trabajar en Nueva York para la compañía joyera Roberto Coin Inc. en un proyecto de seis meses, los cuales al final terminaron siendo tres años y medio. Mary Pily colaboró directamente con la vicepresidencia, a cargo del mercado de Canadá; así como de relaciones públicas y atención a clientes para el mercado mexicano, de Centroamérica y el Caribe.
“La moda es cíclica, vuelve, se toma la inspiración de una o varias épocas del pasado, se modifican y nace una nueva tendencia. Hoy, se suma la conciencia social y ecológica, no sólo como parte de los productos, sino también de los procesos”.
Hoy, Mary Pily habla con soltura acerca de economía, tendencias de consumo, diseño y materiales; sin embargo, el tiempo que estuvo en Nueva York le permitió profesionalizarse en un área de la cual ya formaba parte. “Cuando tenía 15 años estaba de moda ir al cine a la Gran Plaza, mis papás hicieron una locura conmigo y pusimos un stand free de Tendenza, la primera pop up store que hubo en León: colocamos un partenón italiano en acero inoxidable; me acuerdo que, yo vendía joyería de plata, cuando se usaban en los noventa los soles y las lunas en acero inoxidable con chapa de oro”.
Era una época en la que la joyería se comercializaba más de una manera personal, no se estilaban las marcas de joyería en México; sin embargo, el espíritu innovador los encaminó a tener la preferencia de sus clientes. “El primer punto de venta en México que comercializó la marca Roberto Coin, fue Tendenza y la razón es que mi mamá siempre tuvo claro que era importante tener aquí lo que había en cualquier parte del mundo”, relata Mary Pily. Tendenza aperturó en La Gran Plaza en 1991, seis años después abrieron en Plaza Mayor.
¿Cuál es tu pieza favorita de joyería? “Amo los anillos (…) son los que más me gustan”.
¿Cuál es tu material predilecto? “El oro, es muy fácil de usar, es hipoalergénico y muy noble para trabajarse”.
Finalmente, si fueras un material ¿cuál serías? “Creo que oro, el oro es camaleónico. Siempre mantiene el valor intrínseco. En las etapas de mi vida que he pasado, me he ido adaptando (…) te cae una realidad y luego maduras, y eso es lo que pasa con el oro, agarra una patina con el tiempo, se va –dependiendo del acabado–, pero con una lavadita y vuelve a ser el mismo. El oro puede rediseñarse, volverse a trabajar y adaptar su diseño al momento. Metales van y vienen, el oro, es el oro”.