Texto: Jania Salcedo
Fotografía: Edén Buffet

Una artista autodidacta que demuestra que los sueños pueden cumplirse.

El vestido que porta está intervenido por la artista Natalia Flores.

Natalia Flores es una artista con síndrome de Asperger, condición del espectro autista, que ha demostrado que su diagnóstico no tiene porque ser un impedimento para hacer lo que le apasiona. Es en el arte donde encontró un medio de expresión y una forma de libertad, simplemente se convirtió en una forma de vida.

Tras ser juzgada en sus estudios académicos y en el entorno por su condición, además de tener dificultad para relacionarse con los demás, esta disciplina se ha convertido en un refugio y del cual ha demostrado tener habilidad. “[…] yo encuentro en el arte mi aceptación, mi paz y mi tranquilidad”, comparte Natalia. “A mí se me dificulta mucho encajar con la gente. Uno de mis limitantes es mi síndrome del Asperger, entonces el arte es mi manera de expresarme. Quiero que me entiendan un poco más, que sean más empáticos; soy autodidacta y aprovecho esto para crear, inventar, hacer combinaciones de colores, etc.”

Con gran talento, la artista originaria de Monterrey, Nuevo León y actualmente residente en Guadalajara, Jalisco se deja llevar por el pincel y se sumerge por completo en el lienzo a tal grado que se desconecta del mundo, plasmando así casi de manera inconsciente lo que pasa por su mente en ese momento. En cada una de sus piezas cuenta una historia de su vida, básicamente cada lienzo se ha convertido en su diario personal. “Soy de la idea que las obras nos atrapan, y cuando compran una obra mía y me dicen su sentir me emociona mucho porque yo no hago cuadros decorativos, yo pongo todo mi sentir en cada obra”.

Natalia trabaja sobre todo con acrílico y ha comenzado también a crear esculturas utilizando la resina. Dejando fluir completamente su inspiración e imaginación, trabaja bajo tres técnicas que ella misma inventó. “Utilizo tres técnicas que yo inventé y les puse nombre: fragmentado, muaré y rumbo. Todas mis obras tienen estas formas y utilizo mucho el acrílico, quiero que cuando la gente vea una obra mía me identifique sin ver mi firma”. Destaca también esta última, pues es un rompecabezas con sus iniciales como una forma de representar su aceptación por el síndrome de Asperger.

Su carrera inició de manera inesperada al ser contratada como ayudante de la artista Olga Hernández para una exposición. Un día pintaron juntas, cada quien con su estilo, y bastó su talento para tener su primera exposición colectiva, junto con ella, y lanzar su carrera. “Olga Hdez. me hizo sentir mucha seguridad y confianza en mi talento”.



Siendo un gran ejemplo de resiliencia, Natalia trabaja día con día para crear piezas únicas y, con tan solo 21 años, ha presentado su trabajo en dos exposiciones individuales, una en Guadalajara y otra en Monterrey, y de manera colectiva en
Guadalajara, CDMX, Madrid, España, Roma, Italia, así como en Estados Unidos. Sin embargo, declara que su exposición más relevante sigue siendo la colectiva con Olga Hernández ya que fue la que marcó su futuro como artista plástica. Ahora, se prepara para una próxima exposición colectiva y dos individuales en Guadalajara para cerrar el año. Además, está trabajando en su próxima colección 2025.

“Esta soy yo, una persona transparente, honesta y que lucha día a día por que muchas cosas que se marca como normales no las entiendo. Quiero ser un ejemplo para todas las personas que tienen alguna adversidad y poderles decir que los sueños claro que se pueden cumplir, es difícil sí, sí lo es, pero no es imposible”.

“Define raro, define normal”
– Natalia Flores –

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IG: @nataliaflores_art