En exclusiva para MAXWELL, la intérprete nos revela detalles de su nueva producción discográfica ‘México de mi corazón’, un homenaje al país que como explica, tanto le ha dado; aunque, a decir verdad, la relación es mutua, Natalia le ha brindado a nuestro país su vida, su carrera, su talento y su pasión, su alegría y su locura.
Por: Mario Preciado.
Fotografía: Omar Cruz.
Styling: Jorge Astorga.
Maquillaje y peinado: Millie Morales.
A dueto con el cantante Carlos Rivera, Natalia Jiménez presentó recientemente como primer sencillo el tema ‘El destino’, una mancuerna que se disfruta deliciosamente como preámbulo del álbum ‘México de mi corazón’; un recopilatorio de catorce temas grabados en vivo bajo una atmósfera festiva, muy mexicana. En él también se incluyen duetos con Pedro Fernández y Lila Downs, por mencionar algunos. De ello platicamos en exclusiva con la artista, su amor por nuestro país y su faceta como mamá.
¿Cómo te sientes de presentar el nuevo álbum?
“Para mí es un orgullo enorme presentar este disco porque hacía años que quería hacer un disco con mariachi. Y nunca me imaginé que iba a quedar tan hermoso, porque al final hemos hecho un ‘directo’ en un concierto precioso que tiene 14 canciones con un montón de artistas invitados cantando ‘clasicazos’ de Juan Gabriel, de Rocío Durcal, y la verdad es que me llena el corazón de alegría el presentarlo, porque te digo, nunca me imaginé que fuera a quedar así de hermoso”.
“Siempre que he lanzado algún proyecto, que he hecho cosas nuevas, que he buscado la solución a temas de mi carrera, México ha estado allí. Personalmente, me dejó marcada para siempre”.
¿Cómo esperas que sea la respuesta de tu público con un álbum tan mexicano?
“Creo que muy bien. Viendo cómo han reaccionado con ‘El destino’, que es la canción que acabamos de presentar con Carlos Rivera, creo que van a reaccionar muy bien. Porque son canciones que conocen de toda la vida y a lo mejor son canciones que ya no escuchan y les traerán recuerdos; los van a llevar a otra época. A mí me hace ilusión presentar estos temas que son tan bellos a un público nuevo, que a lo mejor no los ha oído. Y acercar esta música tan hermosa a otras generaciones. Creo que lo van a tomar súper bien y lo disfrutarán mucho”.
¿Cómo surgió tu interés de hacer este disco?
“Fue más o menos en octubre y noviembre cuando empecé a hablar con Manuel Cuevas de Sony México y Westwood; empezamos a platicar y dijimos ‘Qué vamos a hacer ahora’ (…) Todo el mundo estaba encantado con la idea. Buscamos hacer las mejores canciones y sus mejores versiones (…) Cuando comenzamos a grabar en mayo no daba crédito, estaba sumida en el escenario y teníamos presentes a entre 50 y 60 fans y detrás tenía al Mariachi Gama Mil; yo decía ‘No puede ser que esté grabando mi disco de mariachi con el Gama Mil y que tenga de coro a los coros de Juan Gabriel; que tenga aquí a Paquita la del Barrio y a don Pedro Fernández’. Estaba flipando en colores. Fue un proceso muy bonito y la verdad es que lo disfruté tanto, era como un sueño hecho realidad”.
“México es un país que siempre aprecia un buen cantante, una buena letra, una buena canción; aunque las nuevas generaciones se dejan llevar por las novedades, al final la buena música gana y va a ganar siempre”.
El que fueran canciones mexicanas, ¿se prestó para crear un estilismo especial para el álbum?
“Mucho, porque cuando vas a hacer una primera fila o un concepto de este tipo, es fácil irte por la alfombrita hippie y las luces atrás, y yo les dije ‘No’. Quería que fuera algo hecho a mano, que pareciera una trajinera de Xochimilco gigante. Y como el disco se iba a llamar ‘México de mi corazón’, quería que colgaran corazones en el escenario y que pusieran estrellas de hojalata. Son elementos muy de México y me hacía ilusión hacer algo así para que se viera distinto, porque es fácil hacer un primera fila que se vea serio, sobrio; quería algo más como una fiesta, lindo, fresco, bonito. Y sí, me fui a pasear por Coyoacán por los mercados y demás, tomé un montón de fotos y se las mandé a la gente de Block Media, quienes produjeron el concierto. Ellos hicieron la idea completa; todas las flores en el escenario fueron hechas para eso, los corazones los hizo un artesano (…)”.
¿Crees qué este proyecto llega en el momento indicado de tu carrera?
“Sí, porque ahora creo tener una madurez vocal muy distinta a la de hace 10 ó 12 años. Ahora entiendo cómo interpretar una letra y una canción; ahora escucho la letra y le presto atención, qué es lo que estoy diciendo y cómo la estoy cantando, qué cara estoy poniendo mientras la canto. Entonces, es bien lindo poder hacerlo en este momento de mi carrera en la que la gente me ha visto cantar pop por muchos años, me han visto cantar muchas baladas y hasta cantar con Daddy Yankee. Me han visto hacer mil cosas bien diferentes, pero no me han visto hacer lo que realmente hago que es cantar rancheras; eso es lo que más me gusta (…)”.
¿Consideras que vivimos un buen momento para revalorizar la música mexicana tomando en cuenta la popularización de otros géneros?
“México ha valorado siempre la buena música, se siguen vendiendo discos físicos en México, de hecho, es el único país donde estoy lanzando el álbum físico. Es un país que siempre aprecia a un buen cantante, una buena letra, una buena canción, aunque las nuevas generaciones se dejan llevar por las novedades, al final la buena música gana y va a ganar siempre. Yo, dentro de unos 25 años, seguiré cantando esto; sin embargo, para entonces, me gustaría ver a los otros artistas qué es lo que estarán cantando. Siento que esto es música que dura para toda la vida, y México siempre lo ha apreciado, al igual que en España”.
¿Qué significa México para ti?
“Lo representa todo. Ha sido como el gran amor de mi vida. Siempre que he lanzado algún proyecto, que he hecho cosas nuevas, que he buscado la solución a temas de mi carrera, México ha estado allí. Personalmente, me dejó marcada para siempre… si tú vienes a mi casa, parece que estamos allá (en México), todo está lleno de cosas de allá porque lo extraño. Cuando voy a España, piensan que soy mexicana porque he pasado tanto tiempo en México que ya no sé de dónde soy, me siento más de allá. He aprendido a valorar la cultura, su gente y a saber defender todo lo bueno que tiene. Por ejemplo, aquí en Estados Unidos hay mucha polémica con el nuevo presidente y demás, y a mí se me hace muy fácil defender nuestra cultura y nuestras costumbres. Lo quiero mucho en general”.
¿Qué es lo que más disfrutas de México?
“Aunque no lo crean, la comida, porque siempre que voy, vuelvo como con seis libras encima. Otra parte, es la artesanía, me encanta… la ropa, los mercaditos y cositas para ir a buscar. En el álbum, toda la joyería que llevo es de allá. Todo lo compré en La Ciudadela, en el Mercado Álvaro Obregón, en La Lagunilla, son cositas que me encuentro por allí y es algo que disfruto mucho; hallar cositas hechas a mano para mí tiene un valor enorme”.
¿Qué es lo que más has disfrutado de ser mamá?
“Es mejor de lo que me imaginaba, pero también peor, porque llevo dos años y medio sin dormir, lo cual no ayuda a mi locura general (ríe), en nada ayuda.. Es una experiencia preciosa; nunca me imaginé ser mamá y me pasé mucho tiempo diciendo que no quería tener hijos. Un día me desperté y dije ‘Ya me quiero reproducir’, y bueno, decidí reproducirme y salió la cosa más linda del mundo. Me ha cambiado la vida, mi manera de ver el mundo, mi forma de pensar, de dormir, de comer; lo ha cambiado todo”.
¿Qué te gustaría que aprendiera de ti?
“Lo que ahorita le estoy enseñando, desde chiquitita, es que a todo mundo salude, porque mi mamá, cuando yo era pequeña, iba al supermercado con ella y era como una rockstar, con todo el mundo hablaba y con todos se enrollaba. Me enseñó que a todos hay que tratarlos igual y que hay que enrollarse con la gente”.