Hay habilidades que se traen en la sangre, cualidades que se hacen notar desde temprana edad. Con tan sólo diez años tuvo su primer acercamiento a la cocina; la naturalidad con la que aprendía lo hizo saber que su camino era el mundo gastronómico.
Redacción MAXWELL
Fotografía: Especial
Pablo estudió la Licenciatura en Gastronomía en Querétaro y una especialidad en Estados Unidos, país que le abriría posibilidades inimaginables. Su padre, quien es restaurantero en México y el extranjero, le permitiría tener ese contacto con la cocina que reafirmaría su pasión por la gastronomía.
Determinado con sus objetivos, sabía que trabajar en el extranjero era uno de ellos. Durante su permanencia en Estados Unidos, fue supervisor de un reconocido hotel, lo que le permitió aprender sobre la administración y logística, ampliando y fortaleciendo su experiencia. Pasado un tiempo, laboró como chef ejecutivo de una cadena de 12 restaurantes en todo Estados Unidos. Tras esa experiencia, descubrió que la pasión por su trabajo no estaba limitada a la cocina.
“Las oportunidades llegan y hay que estar preparado para tomarlas”.
A su regreso a México, un cambio importante se daría debido a la petición que le hizo su jefe antes de partir, pues le pidió que recomendara a personas con un perfil que se asemejara al de él, pues confiaba en su capacidad y juicio. Y así, inició a charlar con sus conocidos. Sin embargo, llegó un momento en el que ya no tenía a quién recomendar, fue entonces que abrió paso a un gran proyecto.
Comenzó a visitar escuelas para ofrecerles a los estudiantes de gastronomía la posibilidad de viajar, dando la accesibilidad de los trámites con el debido asesoramiento. En ese momento había cumplido 27 años y su edad era una limitante, pues las instituciones pensaban que era muy grande la oportunidad y el muy joven. Es así como decide formar una empresa a la que llamaría Hogastur y, posteriormente, en el 2016 la Sociedad Mexicana de Gastronomía.
“Trabajar con pasión es lo único que asegura el éxito”.
Pablo sabía que las personas no viajan al extranjero por no conocer los programas, no saber inglés y falta de dinero; su trabajo sería facilitarles todo para que consiguieran su sueño, incluso un programa de financiamiento. Con el tiempo surgió la idea de unir otras empresas incluso a las que eran competencia, con el único fin de llegar a más jóvenes y hacerlos parte de programas alrededor del mundo. Actualmente tienen más de tres mil vacantes al año.
La primera alianza fue con una empresa en un solo país. Hoy ha logrado ampliar sus horizontes y, actualmente, cuenta con programas de cruceros que viajan alrededor del mundo: España, Francia, Estados Unidos, Canadá y Australia. Dándole a las personas las herramientas para que logren adquirir experiencia y así, puedan aprovechar la oportunidad. Cambiar la vida de las personas ha sido el motor de todo el trabajo detrás de este gran proyecto.
La excelente relación que la Sociedad Mexicana de Gastronomía sostiene con las empresas se ha fortalecido, reconociendo el profesionalismo de los miembros de la Sociedad Mexicana de Gastronomía. El chef Pablo García asegura que existe una gratificación incomparable al brindarle a alguien la posibilidad de ampliar sus horizontes y cambiar su vida.