Por: Laura Durán (@launiceduran)
Fotografía: Cortesía de B:SM
Eusebi Güell encargó a Gaudí el proyecto de hacer una urbanización para familias acomodadas en una gran finca que había adquirido en la zona conocida popularmente como la Montaña Pelada.
Su situación era inmejorable, en un entorno saludable y con unas espléndidas vistas del mar y la llanura de Barcelona. En la urbanización se preveían unas 60 parcelas con forma triangular, con una compleja red de caminos, viaductos y escaleras que salvaban la topografía del terreno.
Las condiciones de construcción eran muy restrictivas, ya que solo se podía edificar una sexta parte de la parcela, y la altura y la ubicación de las viviendas no podían obstaculizar la vista al mar ni privar a los vecinos del sol. Güell quería recrear los parques residenciales británicos y por ese motivo lo llamó Park Güell, en inglés. La singularidad histórica, arquitectónica y artística del Park Güell fue reconocida en 1969 por el Estado español al ser declarado monumento de interés cultural. En 1984, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) fue más allá y lo declaró Patrimonio de la Humanidad, y desde 1993 es un bien cultural de interés nacional (BCIN) de Cataluña.
El Park Güell ocupa una superficie total de 12 hectáreas. Hoy las entradas son reguladas por una pequeña cuota de recuperación para su conservación.