Inspirado en el misterio, la búsqueda de la belleza y lo que estimula el alma; el artista Rafael Vázquez Orozco (Rafael Veo), busca transmitir emociones que el público no sea capaz de definir, pero que los haga sentir bien, que los haga percibir que no sólo la realidad es posible a través de dibujo, las manualidades y las caricaturas.
Texto: Mayumy Salinas
Fotografía: Cortesía
Inspirado en el misterio, la búsqueda de la belleza y lo que estimula el alma; el artista plástico jalisciense, Rafael Vázquez Orozco (Rafael Veo), tuvo sus inicios en el mundo del arte desde la infancia, gracias al dibujo, las manualidades y las caricaturas, lo que se convertiría en una carrera profesional en Artes Plásticas. Se enfocó principalmente en la pintura acrílica, pero también domina el dibujo, la tinta y técnicas digitales, así como el moldeado de figuras y la invención de historias escritas que refuerzan el contexto de la obra. Rafael Veo asegura que el arte es un derecho humano del cual a algunos ni siquiera les avisaron y no un privilegio como muchos creen, pues los privilegios segregan. Considera que el objetivo del arte es lo contrario, es unir a la sociedad en temas, sensaciones y conceptos que generen una evolución. “El arte es el puente que une el mundo intangible del espíritu con el mundo concreto”, declara.
A través de su trabajo artístico, Rafael Veo busca transmitir emociones que el público no sea capaz de definir, pero que los haga sentir bien, que los haga percibir que no sólo la realidad es posible, sino también la alternativa de cambiarla a través de la imaginación. Sus obras tienen una gran influencia en la estética mexicana, pero también en las caricaturas de los años 90; son una mezcla entre los muralistas, el anime japonés y Nickelodeon. Sumando a lo anterior, una mística ancestral inculcada por su abuela que remite al realismo mágico.
“Al final, la mezcla única de todo lo que te marca es lo que llamamos estilo”, explica. Gracias a la creación de sus obras, el artista plástico disfruta la libertad de poder materializar historias que salen de su alma y mente para transformar su realidad, así como se transforman el agua y los pigmentos en una imagen.
“Quiero que mis obras sean un recordatorio: un mantra visual que conecte con el mundo intangible del universo, pero sobre todo de nosotros mismos”.
Rafael Veo comparte con MAXWELL que a través de su arte intenta comunicar todo lo que llama su atención, incluyendo el lugar histórico y geográfico al que le tocó pertenecer: América Latina, un lugar que reconoce como lleno de contrastes y de brillos como los colores que plasma. Disfruta reinterpretar los temas mitológicos, místicos y fantásticos que desde sus orígenes empapan a México; esto lo hace porque la realidad, llana y sin magia, le parece insuficiente.
“Entre tanto desencanto latinoamericano, que va desde la inseguridad a la falta de garantías sociales y económicas, no sólo para artistas sino para un montón de oficios, me es necesario crear y compartir espacios, aunque sean pictóricos, llenos de esperanza, espiritualidad, paz y misterio. Uno no sólo pinta lo que tiene, sino también lo que le hace falta”.
