Opera La Bocha, Bruno, Ikebana y La Vida Loca.
Entrevista: José Medina
Texto: Marisela Angel Ruíz
Fotografía: Gerardo Nieto
Ricardo Brieño Ávila, economista de profesión y empresario restaurantero por elección, opera siete restaurantes con cuatro reconocidas marcas: Bruno (Querétaro y León; próximamente San Miguel de Allende); La Bocha Bernardo Quintana, Jardines de la Hacienda y Plaza Náutica en Juriquilla; Ikebana Teppan, Antea; y Mi Vida Loca.
Originario de la Ciudad de México, nació en julio de 1970, casado, tiene tres hijos: Bruno y los gemelos Nicolás y Roberta; se lanzó a la aventura de emprender como restaurantero hace cinco años. Tiene negocios inmobiliarios, de construcción de Real Estate y de consultoría de negocios. “De todos, el restaurantero es el negocio más divertido”, afirma. En su tiempo libre, Ricardo viaja, y es de ahí donde toma ideas. “Me atrae la arquitectura de los restaurantes, su carta, la manera de presentar los alimentos y, si me gusta, busco implementarlo”, asegura.
Ricardo se enfoca en crear un concepto antes de abrir un nuevo restaurante. Por ejemplo, La Bocha (asador Argentino) significa ‘la pelota de polo’. Su decoración asemeja a Puerto Madero, todos visten como jugadores de polo. El establecimiento se ambientó con mazos y cascos; sus platillos mantienen la esencia argentina que inspiró el lugar.
“No creo que los restaurantes tradicionales de hoy en día triunfen. No solamente en Querétaro sino en todo el mundo, la gente está buscando restaurantes con un concepto”, explica. En La Bocha, por el gusto mexicano sirven cortes de carne, pero al estilo argentino. En su menú destaca el bife de chorizo, asado de tira, las clásicas empanadas; de postre los alfajores y dulce de leche.
Bruno, por su parte, maneja la cocina abierta como en algunas partes del mundo donde ya está de moda. En Bruno León se observan los equipos, la pulcritud con que se preparan los platillos, los uniformes de la gente. “El mismo concepto tendrá San Miguel de Allende. Bruno sirve comida italiana, pastas elaboradas en casa, tiene un gran servicio que caracteriza al grupo y sumamos el concepto de la terraza con DJ”, explica.
“Mi Vida Loca, taquería y comida mexicana, cuenta con un concepto nunca antes visto: grandes pantallas, sonido y música; el lugar ideal para antes o después de ir al cine. Puedes escuchar música, ver algún partido y disfrutar de la tarde”.
¿Qué te hace diferente a la competencia?
“No nos parecemos a ningún otro. Estamos ávidos de ofrecer cosas diferentes al mercado. No queremos llevar la misma fórmula de otro que ya triunfó, porque seguramente su fórmula es buena y va a seguir triunfando; principalmente, porque fue el original. Por ello, hacemos cosas diferentes. Respeto a quienes tienen 20-30 años como restauranteros, no menosprecio su trabajo y experiencia, pero creo que nuestro éxito es precisamente que no somos restauranteros. Tenemos siete restaurantes, todos vigentes. Hemos soportado muchas cosas para permanecer y eso tiene su valor”, finaliza.