Su propuesta artística se ve reflejada en sus personajes y colores.
Texto: Mayumy Salinas
Fotografía: Cortesía / Retrato: David Piñón
Convirtiendo su carrera artística en una labor enriquecedora, Salvador Santana transfigura las características de su personalidad (inquieta, neurótica, provocadora, sarcástica e irónica) en grandes personajes plasmados en su obra. La creación de su arte se proyecta en un sentido cuantitativo simbólico de acumulación de experiencia y piezas. “Si acumulo horas de vuelo en esto, será una acumulación de contundencia en mi proyecto artístico”.
Salvador nos comparte que disfruta de la crudeza del arte expresionista; la experimentación de la plástica a principios del siglo XX. Sin embargo, se encuentra atrapado en la expresión artística de siglos anteriores, tratando de traducir todo en algo de su vida diaria. A través de su proyecto creativo, representa la realidad que lo rodea y con la cual convive, expresándola de manera gestual, embarrada, desesperada, cremosa y arrastrada.
El carácter de su propuesta artística se ha ido construyendo a lo largo de los años, ha sido inestable y nervioso, siempre busca perturbar al espectador, trata de impactarlo de una manera sobria, tenebrosa en muchas ocasiones, fantasmagórica en otras, con cargas eróticas considerables y venenosas si es posible. “En mi discurso plástico, sí cuento algo; pero intento separarme del contar una historia, para acercarme a algo más abstracto”.
El artista se interesa por encontrar un estilo propio: un discurso personal para profundizar en sus temas.
Otorga mayor valor al sin fin de colaboraciones que ha realizado gracias a su arte, el cual ha estado presente en instituciones públicas y privadas de la ciudad de Guadalajara. También destaca su participación en exhibiciones en París, Francia (2008), como parte de un proyecto de periódico mural.
Salvador expresa que esta labor le permite fluir debido a la soledad que le genera y a la cual se ve obligado. Se encierra en sí mismo y en su espacio como un gozo de cada día que le permite la creación de ideas construidas desde cero. “Los colores me llenan de energía y todo se vuelve terapéutico”, declara.
Lo que comenzó como un oficio familiar, se transformó en un todo para el artista; llevándolo a enamorarse de todo lo que lo rodea e indagar en el arte universal. De esta forma, el espíritu de Salvador se vio enriquecido; por lo cual, siempre está en busca de todo lo referente al arte, ya sea el cine, la pintura, la literatura o la música.