México es un país hermoso, sin lugar a dudas. Su territorio diverso, su riqueza cultural y sus tradiciones lo convierten en una nación única, llena de gente creativa, trabajadora y talentosa que produce grandes productos mexicanos.

Conocer, valorar y consumir estos productos es una necesidad urgente en un mundo globalizado, donde el mercado mexicano compite con gigantes como China y otros países, incluyendo a nuestro vecino del norte.

A lo largo de los años, el talento mexicano ha crecido; sin embargo, también ha surgido una tendencia a discriminar lo hecho en México. Defender el talento de nuestra gente y lo que el país nos ofrece es primordial; debemos ser los principales promotores y consumidores de estos productos.

Desde hace varias décadas, la marca ‘Hecho en México’—representada por un sello negro con la imagen de un águila—es un distintivo oficial que identifica los productos nacionales y los posiciona tanto en el mercado local como en el internacional. Su objetivo es concientizar a los consumidores y fomentar el sentido nacionalista, impulsando la preferencia por artículos elaborados con mano de obra e insumos mexicanos, generando así una economía circular.

Para obtener el sello ‘Hecho en México’, un producto debe fabricarse en el país bajo los más altos estándares de calidad y con insumos 100% locales. Si contiene materia prima extranjera, esta no debe superar el 15%.

Empresarios de todos los sectores, en colaboración con el Gobierno Mexicano, buscan seguir impulsando la marca ‘Hecho en México’. Más que un logotipo de procedencia, este sello garantiza calidad y competitividad en el comercio internacional, donde México ocupa el noveno lugar como exportador mundial.