El amor externo es un complemento, no lo que nos llena.
Texto: Psic. Esther Crisóstomo C.
Fotografía: Cortesía
¿Te ha pasado que te gustaría que te admiren, aprecien, quieran muchísimo e incluso sientan cierta preferencia por ti?
Es normal que la aprobación nos dé una pista de que estamos haciendo las cosas bien y de que le agradamos a otras personas; pero cuando caemos en esa necesidad de aprobación, reconocimiento y valoración, en realidad quiere decir que algo está haciendo falta, y es amor propio.
El amor externo es un complemento, no lo que nos llena, cuando estás lleno de amor propio el amor de los demás no es imprescindible para sentir la tranquilidad de que somos amados.
Todo lo que haces para que te amen y reconozcan lo debes de hacer para que tú te ames y reconozcas.
Empieza por ti, por expresarte siempre de forma positiva de ti, siente orgullo por tus logros y valora tu esfuerzo, haz una lista de las cosas que te dan felicidad y ve envolviendo sorpresas para ti, lleva a cabo actividades que te apasionen, que destaquen tus talentos y que te permitan retarte.
Ve a los lugares que te gustaría conocer, que te generan curiosidad, que destacan tu creatividad o que te traen lindos recuerdos; lugares en los cuales quieres vivir una experiencia diferente y vivificante. Así siempre tendrás recuerdos en tu corazón que traerán una sonrisa a tus labios cada vez que vengan a tu mente.
Lee esos libros que compras y que almacenas en un estante pensando que algún día tendrás tiempo de leer con calma.
Viste ese outfit que no te has atrevido a usar por miedo a que no se te vea bien porque quienes le dan personalidad a las prendas son tu seguridad y tu actitud.
Por último, coquetea con tus sueños, con un futuro brillante y mucho amor alrededor de ti, y entonces, solo entonces cuando coloques en ti todo ese valor los demás podrán notar lo valioso, interesante y atractivo que eres. Solo por ser feliz y amar tu vida.