“En esta época de oro de las plataformas, lo que se tiene que hacer es hablar de estos temas que no se hablan, a través de personajes más reales”; personajes que hoy él decide interpretar y que le encantan.

Por: Laura Duran (@launiceduran)
Fotografías: Cortesía de Talent on the Road

En entrevista exclusiva para MAXWELL. Mich se define como un tipo que disfruta la vida y cada uno de los procesos, que deja que las cosas sucedan y que es bueno para gozarse la vida y dejarse sorprender. Nació en Buenos Aires, Argentina un 10 de junio de 1976.

Empezó en la actuación por casualidad ya que acompañó a su mejor amigo al casting de el programa televisivo ‘Juégate conmigo’ producido por Cris Morena, y ella misma al verlo en el pasillo, le preguntó si participaría. Entró con la poca presión de que no estaba buscando nada y lo escogieron. Ese fue su inicio y los proyectos le fueron llegando de a poco.

Carlos Brown, su padre, también es actor y muchas veces le insistió a seguir sus pasos, pero Mich andaba en otras cosas. Pero al final el ADN y su destino lo llevaron al mismo oficio que hoy ama y respeta. Mich es un actor que se ha ido haciendo con el paso de los años, fue aprendiendo con sus propios personajes y con los compañeros actores que le tocaron. Pero, también fue tomando cursos que le fueron requiriendo los propios personajes.

Parte de lo que no le gusta es perder esa privacidad, aunque también lo agradece pues es parte de la repercusión que tiene gracias a su trabajo y al éxito de sus personajes.

A lo largo de su carrera ha trabajado con diferentes actores, con los que ha sido muy feliz. Le ha tocado repetir, pero comenta que le gusta experimentar con nuevos compañeros, encontrarse con actores que tienen otras formas distintas de encarar los personajes y el oficio, eso lo hace nutrirse como actor.

Uno de sus personajes más complicados ha sido Pedro Alvarado, en la serie Hernán en México. Pues era un personaje que tenía muchas aristas, le fue complicado construirlo, ya que tuvo que trabajar mucho con el acento, la corporalidad y todo el mundo alucinante de arte, vestuario, maquillaje, dirección y fotografía. Todo esto, debido a ser una serie de época, un proyecto alucinante y uno de sus grandes sueños.

Con Simón en Pálpito es el personaje más entrañable que ha hecho en su carrera y el que le movió más fibras. “Creo que tengo mucho de él, en la sensibilidad, en la conexión que tiene con los niños, en la manera apasionada de amar, en la sensación de este amor incondicional con su mujer, en que es actor y que no se puede desarrollar como actor, pues sé lo que se siente a la hora de que el personaje dice que no encuentra el trabajo y que es difícil y a veces te toca hacer otras cosas para llegar al lugar que quieres en la actuación”.

Cuando llegó a México a los 20 años a trabajar como actor, su primer año fue durísimo. “Me tocó trabajar de todo, vestirme de botarga para hacer fiestas, de barman, de mesero, haciendo comerciales, todo lo que se te ocurra antes de poder volver a actuar en México y conozco el oficio y conozco el dolor que genera cuando las cosas no se dan de una forma tan rápida”.

Hace varios años que dejó de buscar proyectos donde rija lo estético, busca personajes como Pedro en Hernán, como el de Molina en HBO en la serie del Señor Ávila o como el de Parot en España que era un asesino, “donde son personas normales, donde no importa si está gordito, flaquito, si está bien ojeroso, si se ve viejo o se ve joven. Son actores de la vida y ahí es donde se vuelve interesante la carrera de uno, eso es lo que yo elegí hace muchos años y lo que me gusta, es lo que me confronta. Es decir, llegar a la casa lleno de preguntas, el leer un guion y tenga pánico de cómo voy a interpretar eso que se ve tan complicado, esa me parece la parte más interesante de un actor y que llega normalmente a esta edad. Cuando uno tiene 30 años esos personajes no caen y a la mejor uno está bailando en ese mundo que lo que prima es lo estético y cuando te empiezas a olvidar de eso, te encuentras con este tipo de personajes que son más interesantes”.

Su más reciente trabajo es en la serie colombiana Pálpito, producida por Netflix. Un personaje que conoció en guion y del que se enamoró al instante.

“Nunca me sentí cómodo con ser el icono sexy, nunca busqué eso y en Simón fue justamente plasmar la realidad y el dolor de un padre completamente devastado desde la actuación, desde venir acompañado con el vestuario, desde el no llevar una gota de maquillaje, no había un peinado, no había nada, se tenía que ver lo más jodido que se pudiera. Me gusta cuando me veo y el personaje se ve ojeroso, jodido y devastado y me parece que es lo que el personaje necesitaba después de atravesar una historia tan trágica”.

Pálpito tiene algo muy particular, que no tiene un género, por que tiene drama, thriller, habla del poder, de desamor, del olvido, de las diferentes maneras de relacionarse, del tráfico de órganos, de esos temas que nunca se hablan pero de los que se deberían de hablar.

¿Qué hubiera hecho Mich si hubiera vivido lo de Simón, hubiera seguido la misma historia?

“Lo que hace la serie justamente es ponerte en los zapatos de los personajes y nos pone en un lugar sumamente vulnerable. Simón necesita hacer un duelo y para eso necesita entender lo que pasó, para poder poner su cabeza en calma y para darle una explicación a sus hijos necesita saber lo que ocurrió, así es que son muchos los motivos que lo llevan a él a hacer lo que hace.”

¿Teatro, cine o televisión?

 “El teatro es como tirarse en paracaídas y esa caída libre es maravillosa de esa primer función. El cine es la parte boutique de nuestro oficio donde hay un trabajo muy largo para prepararlo y un trabajo minucioso a la hora de desarrollarlo para cada una de las áreas. Y la televisión me encanta, me parece que es un entrenamiento diario y que es tener el placer de poder levantarte todos los días a hacer lo que amas”

Le encanta el Melodrama y le gustaría volver a él, dependiendo de la historia y de la manera en que se maneje.

“En esta época de oro de las plataformas, lo que se tiene que hacer es hablar de estos temas que no se hablan, a través de personajes más reales”; personajes que hoy él decide interpretar y que le encantan.

Uno de los oficios más interesantes y comprometidos para él, es el ser papá, pues tienes que ponerle toda la ficha y estar comprometido para toda tu vida, por lo que los felicita y les recomienda que lo disfruten como cualquier otro oficio.  

Sueña con seguir encontrándose personajes que lo confronten, que lo llenen de pánico a la hora de leer el guion por primera vez, con seguir encontrándose con actores con los que se pueda nutrir. Para él, todos los actores crecen dependiendo del compañero. El actor crece y entiende los personajes y puede jugar con ellos, siempre a través de la mirada del que tienen enfrente.