Es una mujer de 47 años, Licenciada en Derecho por la Universidad de Guanajuato, que ha aprendido de la vida una situación de equilibro de aprendizaje. Además de ser una gran profesionista, le encanta leer, disfrutar de su tiempo libre y busca ser siempre una mejor versión de sí misma.
Por: Laura Durán (@launiceduran)
Fotografías: Cortesía de IMUG
Es una mujer de 47 años, Licenciada en Derecho por la Universidad de Guanajuato, que ha aprendido de la vida una situación de equilibro de aprendizaje. Además de ser una gran profesionista, le encanta leer, disfrutar de su tiempo libre y busca ser siempre una mejor versión de sí misma.
Desde pequeña su hobby siempre fue estudiar y aprender; la carrera que estudió le da la posibilidad de encontrar soluciones y respuestas para todas las inquietudes que se le presentan. Siempre ha sido una mujer de carácter fuerte y siempre ha tenido muy claro que es lo que quiere; ha luchado por todas sus convicciones y por lo que cree que es justo. El tiempo le ha enseñado que los seres humanos cometemos errores y que hay cosas que tenemos que aprender, desaprender y redirigirnos.
Empezó en el servicio público gracias a la oportunidad que le brindó la Dra. Teresa; de ahí nació su amor al derecho municipal y administrativo. Ha fungido como Coordinadora de la Unidad de Defensoría de Oficio del Tribunal Contencioso Administrativo, como Coordinadora de Proyectos del área de Agenda Legislativa y Reglamentación de la Consejería Jurídica de Gobierno del Estado. Actualmente es parte del gabinete ampliado del Gobierno del Estado de Guanajuato, desempeñando el cargo de Directora General del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses (IMUG). Junto con un equipo de más de 100 personas ayudan y orientan a las mujeres para detectar cuál es la problemática que viven y permitiéndoles prevenir situaciones de riesgo que se pueden presentar; los más recurrentes son los problemas de violencia.
Desde el Instituto tienen una obligación; se sujetan a un modelo de atención para identificar, reconocer, hablar y seguir previniendo el tema: “Nos toca un papel importante, vigilar que la gente que lo haga, lo haga bien y que la gente que este atendiendo a la mujer, le de una respuesta, que no la deje sentada, que no la deje esperando, que no la deje sin comer para poder recibirle una denuncia o darle una atención, eso es el papel que nos toca. Y no, yo no diría que es un trabajo social, más bien es lamentable que todavía tengamos que hacerlo, porque esto nos habla de que tenemos que seguir picando piedra por que todavía hay ejercicios de desigualdad, de que eres mujer y te tienes que ganar las cosas”.
Para ella, no se trata de que los hombres y las mujeres sean iguales, sino que tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades, no solamente reconocidas en una ley, sino reconocidas por la sociedad y ejercidas de la misma forma.
“Hoy las mujeres rompen paradigmas y ese es el trabajo transversal, trabajo en equipo. Pareciera que es muy sencillo pero llegar a cambiar, a que una mujer se llegue a cuestionar, a que una mujer diga ‘yo lo puedo hacer’ y, a pesar de que toda la gente pueda estar en su contra, que tenga la libertad de llevarlo a cabo. Hoy las mujeres puedan desarrollarse, puedan estudiar en lo que quieran, en lo que deseen hacer y ser, en lo que ellas hayan soñado; es decir, hoy sí se vale soñar, no en lo que te han dicho que te toca, si no en lo que tú quieras soñar”.
En el Instituto ella y su equipo atienden a mujeres de todos los estratos sociales y con todo tipo de problemáticas que conllevan desigualdad o violencia que sea ejercida sobre ellas. Llevan una atención integral y un acompañamiento, hasta por 18 meses, a partir del cual se presenta una denuncia y se llevan a cabo las acciones legales y civiles pertinentes.
Anabel aconseja a las mujeres que, “si en algún momento tú te sientes mal, no te sientes cómoda, si hay una situación que te hace cuestionarte con tu pareja, amigos, trabajo, es importante hablarla y establecer condiciones. Que no nos compremos el tema ‘estás exagerando, lo estás inventando, te estás haciendo la idea, de que no estás tan bonita y a ti no te pasa. Tenemos que estar deconstruyendo las ideas que nos metieron en la cabeza desde niñas y pedir ayuda”