Mediante los testimonios del color y la abstracción Bianca Wilson se apropia de la dimensión particular e implícita en el detalle primario, logrando crear un mundo de fantasía y ensueño arquitectónico.

Texto: Astrid Pimienta  
Fotografía: Cortesía Bianca Wilson
www.biwils.com

Bianca Wilson es una artista visual nacida en Australia quien decidió volcar su obra hacia las estructuras arquitectónicas que delinean el paisaje urbano de diversas ciudades y culturas. A partir de un proceso de observación altamente sensible a los patrones, la diversidad y la funcionalidad del carácter óseo propio de las construcciones citadinas, la obra de Wilson desnuda los detalles de la composición arquitectónica para traducirlos en delicadas geometrías que se llenan de una vida y color que aportan de inmediato notabilidad a su estilo.

Hileras de casas en serie, tejados con tinacos, escaleras, puertas, ventanas y demás elementos de lo cotidiano conforman nuevos horizontes urbanos mediante un cromatismo de disfrute, alegría y calidez. Si bien la configuración con el paisaje urbano en general nos resulta bastante familiar, la maravilla radica en la forma de observar y dotar de nuevos significados a aquellos ritmos y contrastes que de otra manera podrían pasar desapercibidos: espacios de la ciudad que siempre han estado ahí, que nos permiten dar un fantasioso vistazo a las vidas de aquellos que los habitan.

Al observar la arquitectura nos acercamos a la estética y cultura de un lugar, mientras que al atrever reinterpretar y transformar estas distinciones, la artista da un paso más allá en la búsqueda de un universo de nuevas posibilidades visuales e intelectuales mediante un proceso, tanto cuidadoso como lúdico, entre la forma, el color y los patrones. Es una especie de juego mental seguir las perspectivas, corroborar las profundidades y apropiarse de las proporciones, pero sobre todo intuir las emociones que se detonan a partir del uso de las superficies y combinaciones cromáticas.

La obra de Banca Wilson no queda entonces en una mera abstracción formal sino que es una propuesta a la experimentación del espacio arquitectónico y el paisaje urbano como grandes estructuras, exaltando sus patrones rítmicos que contienen un gran potencial estético y ambiental. Cada pintura nos transporta a escenarios utópicos en que los edificios aparecen como personificaciones de una atmósfera de calma optimista, un mundo etéreo en espera de ser habitado por aquellos que se atrevan a alentar su imaginación.