Una francesa muy arriesgada.

Por: Laura Durán (@launiceduran)
Fotografías: Jade Lombard y Cortesía Chopard

En entrevista exclusiva para MAXWELL

Nació el 1 de marzo de 1994 en Toulouse, Occitania en Francia. Comenzó en el modelaje a los 16 años y llegó a la actuación por casualidad. Ella quería ser reportera de guerra, pero un día por medio de las redes sociales vio un anuncio de una pasantía en Teatro en Cour Floret, y de ahí se enamoró del mundo actoral.

Camille Razat es una actriz francesa que se describe como temeraria, perseverante, leal y divertida, que considera que definirnos y conocernos es el trabajo de toda una vida.

Inició en la actuación sin buscarlo, y desde entonces, se ha enamorado de su profesión. “Empecé en el teatro por casualidad y continué por amor. Creo que me gusta estudiar al ser humano. Amo mi trabajo porque me permite expresarme y entender mejor a la humanidad. (…) ¿Lo que menos me gusta? La espera en el escenario o que intenten encasillarme”, nos comenta.

Realizó su debut en el 2014 en el cortometraje La dernière virée. Al año siguiente aparece en dos estrenos del canal de televisión France 2, con el drama The Disappearance y la serie Capitán Marleau.

Llega al cine en el 2018 protagonizando las comedias (Girl)Friend y Girls with balls, así como los cortometrajes L’eau dans les yeux (2017) y Caprice (2018). De ahí ha hecho en total 5 películas más, como un pequeño papel en The 15:17 to Paris, película de Clint Eastwood que se estrenó en 2018.

En el 2019 fue nominada a los César’s por su papel en L’Amour est une fête. Y ese mismo año hizo su debut teatral en Le Vieux Juif Blonde, papel que la preseleccionó a los premios los Molières. De este último rol nos comenta que es el que más la ha hecho progresar como actriz.

“Ahí hice un solo espectáculo durante tres meses. Fue ahí donde más progresé como actriz. Interpretaba a una joven chica que acababa de perder a su hermana y que, para compensar su dolor, asume el papel de un viejo judío deportado de Auschwitz”.

Su siguiente papel se presenta en 2020 con la serie estadounidense de Netflix, creada por Darren Star, Emily in Paris. La serie aborda la vida de una mujer norteamericana que se muda a París por una oportunidad laboral y ahí experimenta toda clase de aventuras, además de un fuerte choque de culturas. Camille Razat interpreta el personaje de una de las amigas de Emily, -llevando su mismo nombre- papel que la ha catapultado en la fama internacional.

“Emily en París me trajo esta notoriedad internacional. Lo cual es un cambio de vida radical, a veces es un poco difícil. Esto me permitió integrarme más de cerca en el equipo de Netflix y tener bellos encuentros. Me siento muy honrada”, señala Camille.

En su personaje interpreta a ese tópico de las mujeres parisinas. Llevando un estilo effortless lleno de glamour, caracterizado por colores neutros, naturales, minimalistas, funcionales y cómodos. En la vida real no se siente tan representada con ese estilo, pues en diversas entrevistas a diferentes medios ha comentado que ella prefiere arriesgarse en la moda con looks que se salen de los moldes.

Por lo que la prensa la ha calificado en diversas ocasiones como una experta en hacer de la calle su propia pasarela, mostrando su propio estilo y sello personal difícil de definir, en el que nunca utiliza una misma corriente. Para los cuales a veces es asesorada por el francés Clement Lomelli. “No tengo un maquillaje ni ropa preferida, todo depende de mi humor y del momento”, nos aclara.

Aunque algunos de sus diseñadores favoritos son Alexander McQueen, Chanel, Fendi, Valentino, Gucci y Prada. Pero también combina sus estilos con pequeñas marcas francesas que ha dado a conocer en la serie de Emily in Paris.

Uno de sus hobbies favoritos es jugar videojuegos, pero también le encanta cantar y hacer deporte.

Dentro de sus planes a futuro Camille buscar adentrarse en el mundo de la escritura. “Me gustaría saber cómo escribir para poder realizar mi propia película. Quiero cambiar la opinión de la gente sobre mí. No soy solo la chica bonita o la chica de moda en las películas. Tengo mucha más profundidad que eso”.

Sus modelos a seguir en la actuación son Isabelle Huppert, Juliette Binoche o incluso Mélanie Thierry; todas mujeres polifacéticas que interpretan papeles muy diferentes y no comunes. Los mismos papeles que a ella le gustan y quiere interpretar.

“Me encantaría trabajar con tantas personas… Denis Villeneuve, Lars Von Trier, Quentin Tarantino, Ruben Ostlund, Yorgos Lanthimos, Jan Campion y junto actrices como Eva Green, Alicia Vikander, Charlize Theron y Helena Bonham Carter”.

Camille se siente muy orgullosa de lo que ha logrado hasta ahora en la actuación, pero no deja de prepararse profesional y personalmente, pues sabe que es una carrera en la que tienes que estar siempre preparada en los dos aspectos para poder sobrellevar los trabajos y todo lo que esta envuelve. “Me encantaría encontrarme con un director o una directora que vea en mi lo que los demás no ven. Y por quien, daría todo”, finaliza.

Su próximo proyecto se llama “Les Prodigieuses”, una película de Valentin y Frédéric Potier. Es la historia de dos hermanas prodigio del piano, que desafortunadamente, tendrán problemas de salud y su futuro se verá comprometido.

Camille ama París, considera que es un museo a cielo abierto, y que el caminar ahí es un placer. La considera la capital del gusto en todas sus formas.

Emily in Paris le ha abierto el camino para nuevos proyectos internacionales. Hoy es la imagen mundial de L’Oréal Paris y de Chopard con la colección de My Happy Hearts, una constelación de delicados corazones para llevar de uno en uno o varios a la vez como unos accesorios llenos de estilo.