Pisos, muros e iluminación (primera parte).

Por: Juan José González Torres (@pepekid) & Javier Cortés (@javiercortes.arquitectura)
Fotografías: Javier Cortés

El reto del arquitecto y diseñador es mantener un equilibrio entre la función y la estética, para con ello lograr plasmar y dar al usuario una experiencia sensorial única e inigualable. Basados en esta necesidad, te presentamos algunos tips para que puedas decidir fácilmente tus acabados, y al mismo tiempo mantener esa indivisibilidad entre diseño y arquitectura.

PISOS

El tipo de piso es una de las principales decisiones para definir el estilo que quieres. Este cubrirá la superficie total de un espacio arquitectónico y su función determinará el tipo de material y acabado.

Para escogerlo debemos basarnos en el uso de este espacio y quiénes lo utilizaran, eso te dará la información que necesitas para delimitar tus opciones. Es importante saber si es un espacio interior o exterior.

Debes considerar la temperatura del espacio. Revisar cómo influye el clima, la cantidad de iluminación natural y la orientación de la habitación, ya que hay pisos que son más frescos como los azulejos, porcelanatos o cerámicos; y otros que son más cálidos como las maderas y laminados. Si son áreas con climas extremos hay que buscar materiales térmicos, si son regiones frías lo mejor es buscar pisos que generan calor.

No olvides buscar la intención o la sensación que quieres generar. Los colores afectan el estado de ánimo, por ello, antes de elegir el revestimiento y el color, conviene pensar cómo queremos sentirnos en cada área. Además, dependiendo del tamaño de la estancia puedes jugar con tonalidades para generar sensaciones adicionales.

Por ejemplo, los tonos claros dan sensación de amplitud; por el contrario, si tu sala es enorme, los tonos oscuros hacen la estancia más acogedora.

MUROS

Los muros son básicamente superficies verticales y estructuras continuas que sirven como contención de un terreno, cuya función es darle cierre a un espacio. Hay muchas formas de transformarlo para darle una estética visual.

Elegir un acabado o textura correcta hace que un espacio se vuelva más agradable, desde pintarlo hasta ponerle algún recubrimiento. Todo depende de qué es lo que quieras transmitir estando en ese lugar. También debemos determinar la función y los usuarios de los espacios para elegir el acabado, puede ser: cerámico, piedra, ladrillo, madera, yeso, pasta, pintura, etc. Esta selección de materiales dará distintas sensaciones en las estancias.

No olvides los costos de mantenimiento, los acabados de madera o piedras naturales requieren de un mantenimiento recurrente.

ILUMINACIÓN

La luz es importante, la gente se relaja y trabaja con más comodidad en función a la luz que percibe. Por lo que intentar que sea lo más natural posible siempre es una prioridad.

Las ventanas de tu hogar o espacio arquitectónico deben ser lo suficientemente grandes para que la luz bañe cada habitación. Habrá que revisar que el exceso de esta no moleste, en ese caso se tendrán que colocar cortinas finas y de color claro.

Si quieres momentos de mayor privacidad o provocar otros ambientes, podrás añadir unas más gruesas. La luz artificial también genera diferentes sensaciones, el color de la iluminación nos permite dar mayor o menor calidez al espacio, siendo los tonos amarillos y naranjas los más cálidos, y los blancos y azules los más fríos.

Iluminación general: se trata de una luz situada en la parte superior de la habitación, capaz por sí sola de iluminar toda la estancia y dar una visión general. Para ello, podemos optar por instalar plafones o lámparas colgantes, cuidando la proporcionalidad con la potencia y el espacio.

Puntual (o focal): lejos de iluminar todo el ambiente, se centra en un sitio concreto y resulta muy útil para realizar actividades que requieran un nivel visual preciso o superior, como para leer, estudiar, trabajar, etc.

De ambiente: se trata de aquella función principal que no es iluminar; más bien crear ambiente. Para ello podemos usar pequeños plafones instalados en paredes, suelo, carpintería u otros rincones, que nos permiten disfrutar de un ambiente agradable.

Decorativa: se trata de una luz cuya función principal es su valor estético. Una sola luz puede vestir una pared desnuda, y también puede iluminar de manera focalizada un objeto o cuadro con gran valor sentimental. Para ello, suelen usarse los plafones y los muros.
Estos tipos de iluminación nos permiten conseguir el máximo provecho de la luz artificial que instalamos. Tan solo necesitaremos definir cuál queremos poner en cada estancia, y a partir de eso buscar lámparas y/o accesorios adecuados.