La arquitectura sensorial ayuda a construir ambientes con estímulos positivos. El uso de elementos de agua para crear sonidos pueden evocar sensaciones de serenidad, calma y acompañamiento.

Redacción MAXWELL (Con Info. de Diagrama Arquitectos)
Fotografías: Especiales

La arquitectura, el diseño y el arte logran un gran impacto en los sentidos, estimulando las sensaciones de las personas. Por ello, decorar y diseñar espacios que despierten sentimientos de comodidad y tranquilidad son esenciales para lograr energías positivas en el hogar o la oficina, favoreciendo el bienestar de las personas, a esto se le conoce como ‘arquitectura sensorial’.

El correcto uso de luces, colores, texturas, sonidos y olores son elementos de los espacios que pueden ayudar a que los lugares queden impregnados en la memoria de las personas, ya que la memoria personal se alimenta de imágenes que están inevitablemente relacionadas con sentimientos y emociones.

Considerar estos cinco aspectos al momento de diseñar un espacio nos puede ayudar a crear ambientes enriquecidos con estímulos positivos que despierten en la memoria de sus habitantes recuerdos significativos de su experiencia personal. Y que además, logren comunicar y relacionarse con sus habitantes; de igual forma, crearán una relación afectiva entre el espacio y las personas que lo habitan.

Es por eso que hoy, en apoyo con Diagrama Arquitectos, traemos para ti cinco ideas que estimularán los sentidos, haciendo que cada habitación de la casa, oficina o negocio, sea especial y aporte energía positiva y bienestar.

1. Iluminación

A través de la luz, el cerebro sincroniza gran parte de su funcionamiento con el mundo externo, durante las 24 horas en las que se llevan a cabo las actividades del ciclo biológico. La luz también regula los ritmos fisiológicos y psicológicos. Es muy importante incluir en la mayoría de los espacios fuentes conjuntas de luz natural y artificial. Las habitaciones que no cuentan con iluminación natural no pueden orientar a sus habitantes para saber qué momento del día es y la luz artificial puede extender las jornadas sin que uno sea plenamente consciente de ello.

2. Color

Los colores influyen en las emociones y estados mentales, ya que están asociados a diversos significados dependiendo del contexto del que se trate, sin embargo, afecta en la percepción y en el comportamiento de la mayoría de las personas.

Se tiende a asociar el color con su expresión verbal, es decir, a lo que nos remite. Los colores que no tienen una expresión clara en nuestro idioma tienden a reajustarse a los que son más fáciles de describir, podemos percibir un color ocre, mostaza o canario, pero nuestro cerebro los almacena bajo una misma etiqueta: amarillo.

Algunos estudios indican que la memoria tiende a exagerar los colores, el resultado es que recordamos colores más vivos y brillantes. Por lo tanto, es más probable que una persona recuerde con mayor facilidad una habitación en tonos rojizos que una en colores grisáceos o neutros.

3. Texturas

El tacto integra nuestras experiencias del mundo y de nosotros mismos.  El sentido del tacto ha sido vital para el desarrollo de los seres humanos, no solamente nos brinda información sobre superficies y texturas, sino que es una herramienta de comunicación no verbal en las relaciones interpersonales y es indispensable para provocar intimidad.

Hay quienes asocian ciertas texturas con sensaciones específicas que pueden evocar memorias placenteras. Por ejemplo, las texturas rugosas recuerdan a los lugares naturales de su extracción. Mientras que, las superficies lisas y pulidas, más agradables al cuerpo, recuerdan a un elemento natural y pueden generar sensaciones placenteras, como caminar descalzo sobre un piso de concreto, cocinar sobre una mesa de madera o recargarse en una tina de piedra pulida.

4. Sonidos

Los ecos de los espacios dependen tanto de sus proporciones, como de la composición de sus paredes y pisos. Por ejemplo, en una habitación con duela en el suelo, ocurre un sonido distinto al que ocurre cuando se camina en una superficie de piedra. El ruido que emite un picaporte sobre una puerta de acero tendría distinta resonancia si tocara a una puerta de madera.

Por lo que, trabajar con elementos de agua, dentro de patios y jardines, provoca una fuente constante de sonidos y vibraciones que pueden evocar sensaciones de serenidad, calma y acompañamiento.

5. Olores

Los materiales que están compuestos de elementos naturales son más propensos a desprender olores puesto que son materiales “vivos”. A diferencia de los materiales sintéticos que tienen olores neutros.

El uso de pisos y muebles de madera pueden generar un ambiente impregnado de olor a cedro, roble, caoba. El olor puede ser más o menos intenso. Así mismo, los materiales cerámicos de barro son propensos a guardar la humedad y desprender aromas que pueden recordarnos a casas de campo, a una cocina antigua o a un patio.

La inclusión de vegetación dentro de los espacios también es un buen elemento que, además de ser visualmente atractivo, puede generar olores que inciten a un ambiente de serenidad. Los árboles cítricos y las especies aromáticas, como romero, lavanda, salvia, jazmín, entre otros, son especies que se pueden incluir en pequeños patios, incluso en balcones, que al abrir las ventanas permiten que el aire que entre del exterior esté impregnado de estos aromas.


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