La obra de Eden Mir es inspiradora y atemporal. Es un viaje onírico, un puente entre lo real y lo fantástico, haciendo escala en lo experimental.

Texto: Carolina Cázares
Fotografía:Scott Neri

Una enciclopedia pictórica. Insomnio infantil. Rotuladores, acuarela, grafitos. Precisión, limpieza y cortes finos de papel. Una pintura: La Venus del Espejo. El misticismo de Boticelli, las composiciones áureas del barroco. Un viaje al Instituto Cultural Cabañas y al Palacio de Gobierno. La sorpresa infinita ante un mundo de posibilidades. Un nombre que lo resume todo: Eden Mir.

“Llegar al mundo del arte fue la suma de varias experiencias; la principal fue evitándolo por mucho tiempo, hasta que un día fue inevitable hacer esto por amor y comencé a amar en defensa propia. Pero mi catarsis ocurrió gracias al apoyo de mi esposa y en la cueva mental de Patmos, donde dejé de ser quien era para convertirme en lo que ahora soy. Creé así mi propia mitosis al escribir e ilustrar mi primer libro de cuento con mi hija Eveth”.

“Hay mucho artista y loco suelto. Yo soy uno de tantos, pero único entre ellos”.

Gracias a ese momento, Eden mezcló su faceta como escritor, ilustrador y pintor para consolidar sus sueños y elevar su talento hasta firmamentos impredecibles. Su obra pictórica está determinada por ‘objetos análogos, mecánicos, figurativos y arquitectónicos’ que plasman la interpretación de la belleza del artista a través de la forma y el color. Cada una de sus piezas muestran la conjugación de elementos de diversas épocas, inspiración literaria, limpieza, composición y búsqueda por el detalle.

En medio del génesis creativo, se encuentra el nombre: Eden. Un paraíso de posibilidades e interpretaciones artísticas: libros, esculturas, cuadros. Un proceso creativo cuyo origen raya los límites de una locura moderada en una libreta para dibujo; el alma de su creación convertida en estudio y bocetos. Después nace en el lienzo la zona ‘manchada’, la pintura que delimita la base de lo creado, pintar de nuevo; veladuras, brillos.

Eden Mir nació en 1975, en Guadalajara, Jalisco. Creativo, sensible y autocrítico, estudiaría Diseño Gráfico en la UNIVA, se especializaría en arte con los maestros Rita Vega, Mariela del Río, Manuel Bautista, César Plascencia y Omar Ortiz. Su obra se ha expuesto en Nueva York, Florencia, Lisboa, Francia y en varios estados de México como Baja California Sur, Coahuila, Aguascalientes, Jalisco y Guanajuato.