UN DESTINO HOTELERO DONDE EL DISEÑO, LA ARQUITECTURA Y LA GASTRONOMÍA MEXICANA SE UNEN EN UNA RESERVA NATURAL COMO NINGUNA OTRA.

Texto: Laura Durán (@launiceduran) | Fotografía: Cortesía Four Seasons Tamarindo

En la península de Jalisco, ubicado entre las localidades de La Manzanilla y Barra de Navidad, se encuentra Tamarindo, una reserva natural nombrada así en honor a los árboles de tamarindo que están por todo este santuario de más de 1,220 hectáreas.

Con una arquitectura que conmemora al México prehispánico y contemporáneo, Four Seasons Tamarindo abrió sus puertas en noviembre del 2022. Su consigna principal es preservar el paisaje natural y celebrar la rica cultura mexicana.

Su construcción duró 10 años y estuvo a cargo de dos genios de la arquitectura, Víctor Legorreta y Mauricio Rocha, así como del paisajista Mario Schjetnan, quienes usaron materiales atemporales como el concreto, madera y piedras, todos de la región.

El diseño de interiores estuvo a cargo de Ofelia Uribe, Erika Krayer y Estrelina Campuzano, quienes realizaron una curada selección de artesanía mexicana, enfocada en tonos neutros con muchos matices endémicos. La colección incluyó artesanos de diferentes partes del país, y cuenta con objetos decorativos como bules, mobiliario de parota, canastas de palma y enseres de piedra volcánica, talavera, barro negro y natural; además de obras de arte que se traducen en páneles de olinalá o pinturas en papel amate que visten las habitaciones.

Así mismo, los textiles del resort fueron elaborados en el taller artesanal de Remigio Mestas, en Oaxaca, quien se ha destacado por rescatar, preservar y renovar el arte textil indígena buscando su revalorización. Mientras que los bordados de todos los cojines decorativos fueron hechos a mano en telar de cintura por mujeres de Chiapas, y los uniformes del personal fueron creados y diseñados por el mexicano Kris Goyri.

Four Seasons Tamarindo tiene 157 habitaciones y suites, y cada una cuenta con espacios especiales con hamacas, tinas, bar service y salas de estar. Lo mejor es que están en diferentes áreas: en la selva, frente a la playa y en el acantilado. Y, si te hospedas en algunas de sus 63 suites, podrás disfrutar de una piscina infinita de agua salada y regaderas privadas al aire libre.

La experiencia inicia desde el lobby, donde haces el check in detrás del tronco recuperado de un árbol de más de 100 años. El hotel cuenta con tres restaurantes, los cuales fueron diseñados por Esrawe Studio y Bibiana Huber, y están a cargo de Nicolas Piatti.

Sal: se encuentra en la Playa Majahua. Ahí hay platillos hechos con la pesca del día, curaciones y combinaciones hechas con la sales de salicornia, caléndula, hojas de guayaba, maracuyá y achiote creadas con la flor de sal de Colima que ellos mismos cuidan.

Nacho: es una taquería casual dentro del resort que rinde honor a los sabores y tradiciones de nuestro país, combinando carnes, pescados y mariscos de la zona, además de experimentar con salsas y tortillas hechas por ellos mismos.

Coyul: es el primer restaurante en alianza con la chef Elena Reygadas, quien preparó y formó al equipo manteniendo la importancia a la sostenibilidad y a la temporalidad de los productos. Cuentan con desayunos, bar y cena. Si lo visitas no te puedes perder de su famoso pan gourmet, mole vegano y bebidas mexicanas e internacionales.

Four Seasons Tamarindo no solo tiene una arquitectura y gastronomía increíble, tiene experiencias únicas que tienen un contacto muy especial con la reserva natural.

Hay caminatas guiadas en la selva de la mano de biólogos e investigadores residentes, donde podrás conocer de la flora y fauna del lugar. Además, en las 10 hectáreas de la costa puedes disfrutar de sus playas. En ellas se realizan actividades deportivas y de buceo, así como en barco y balsa donde puedes descubrir los rincones secretos de la reserva; si buscas algo más íntimo, hay excursiones privadas con pescadores de la La Manzanilla.

En The Spa encontrarán diversos tratamientos que te harán relajarte al máximo disfrutando del aroma de copal característico del lugar, y en donde además podrás descubrir la magia de vivir un temazcal. También hay un fitness center con vista al océano, que tiene camas de pilates y bicicletas Pelotón, así como clases con entrenadores personales. Hay tres piscinas, una familiar, de adultos y una con cabañas privadas, además cuentan con un campo de golf de 18 hoyos par 72.

En el Four Seasons Tamarindo, sus espacios únicos y el talento de su gente son su característica principal, además de su interés por la sustentabilidad. Así que, si quieres vivir la naturaleza desde el lujo, debes conocer este resort que con sus líneas rectas y edificios
rectangulares en desnivel es instagrameable a más no poder.