Tomando como punta de lanza la imaginación y el color en sus obras, Ignacio Guerrero representa el poder de expresarse con total libertad, romper las ataduras de sus personajes y liberarlos en el lienzo o el papel.

Texto: Mayumy Salinas
Fotografía: Arturo Arroyo

Tomando como punta de lanza la imaginación y el color en sus obras, Ignacio Guerrero es un reconocido artista plástico con 25 años de trayectoria y más de 350 exposiciones entre colectivas e individuales, en México y el extranjero. Fue a partir de una crisis económica en 1995, y ya con diez años de experiencia como diseñador gráfico, que decidió dedicarse por completo a la pintura.

Inició su carrera vendiendo sus obras en tiendas de decoración, con amigos y familiares; simultáneamente, tuvo la oportunidad de pertenecer a galerías que aceptaban artistas emergentes, lo que le permitió exponer su trabajo en más lugares, teniendo su primer exposición individual en el año 2000, en el museo del Globo en Guadalajara, la cual fue un parteaguas para seguir exponiendo su arte.

En la vida de Guerrero, el arte representa el poder de expresarse con total libertad, romper las ataduras de sus personajes y liberarlos en el lienzo o el papel, y próximamente en bronce, en el caso de sus esculturas. Sus creaciones artísticas son surrealistas, con un toque de fauvismo con respecto al color; en su obra, es común encontrar personajes fantásticos como caballos, aves y seres humanos transformados por el prisma de esta corriente artística. “El arte es la expresión de los sentimientos del ser humano, utilizan- do todos los medios posibles a su alcance para la creación”.

Ignacio gusta de sorprender a las personas con sus obras a través del surrealismo, disfruta al mostrar imágenes imposibles y a través de éstas transmitir alegría. Considera que cualquier cosa es posible de plasmar, pues no hay errores ni razón lógica en su obra. Se ve inspirado por la naturaleza, la imaginación, animales, el ser humano, su cultura y su idiosincrasia.

Le fascina la pincelada y el colorido de Van Gogh; la imaginación de Dalí, Chirico y Chagall; el desenfado de Picasso; la fuerza y representación de lo mexicano de Diego Rivera. “Crear arte es la expresión del alma, es celebrar la vida a través de la fuerza de la creatividad, de los colores y materiales disponibles”.

Guerrero considera que la creación de sus obras es una manifestación de libertad. Le causa alegría expresar, en lienzo o en papel, las ideas y sentimientos que rodean el alma y la mente. “No hay nada más provocador que un lienzo en blanco porque es un territorio lleno de promesas donde traslado los personajes, colores e ideas de mi mente y alma. La emoción de ver surgir algo donde antes no había nada y que comunica un sentimiento, esa es la fuerza de la creación”.

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