Más de 400 artistas michoacanos presentan diversos momentos de la vida cotidiana de los pueblos originarios, tales como los festejos religiosos, el corpus, las fiestas patronales, sus rituales y ceremonias.

Texto y Fotografía: Cortesía

La K ́uínchekua es un mosaico escénico que reúne las manifestaciones de música, canto, danza y ceremonias religiosas más representativas de las diversas regiones y etnias que conforman el abanico cultural de Michoacán.

Durante 2 horas, más de 400 artistas michoacanos presentan diversos momentos de la vida cotidiana de los pueblos originarios, tales como los festejos religiosos, el corpus, las fiestas patronales, sus rituales y ceremonias.

La música y danza de nuestro estado nos muestran lo que somos como mexicanos: una amalgama de tradición y sincretismo con la posmodernidad, donde nos reinventamos en colectivo, sin perder la raíz más profunda de nuestra escencia que nos ubica en el presente como una gran nación.

Esta presentación se ha realizado, en menor formato, en escenarios de gran renombre como el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

K ́uinchekua, la fiesta de Michoacán, da inicio a un ciclo anual en la zona arqueológica de las Yácatas de Tzintzuntzan, el centro ceremonial del imperio Purépecha.

La celebración de la fiesta de Michoacán,  permite conocer la diversidad cultural que nos otorga identidad, es un espacio de encuentro con la comunidad del antiguo imperio purépecha.

El valor con el que cuenta la zona arqueológica de Tzintzuntzan obliga a la alta calidad artística y contenido histórico.

La K´uínchekua permite darle rostro y visibilización a la cultura de Michoacán, en un escenario único, sumando el valor de las expresiones de las diferentes regiones de la entidad, garantizando la protección y salvaguarda de los monumentos de la zona al tiempo de permitir su disfrute por parte de los asistentes que se sorprenden al vivir la experiencia de Michoacán, el Alma de México.