Para visitar Líbano, los mexicanos no requerimos visa; la gran mayoría de turistas arriban al aeropuerto de Beirut, ciudad capital con más de dos millones de habitantes y una de las más antiguas del mundo.

Texto y fotografía: Gerardo Fabre “El Biut” (IG: @lebiutiful)

Antes de viajar, revisa cómo estará el clima, pues en invierno el frío es muy intenso y llega a nevar muy fuerte. Casi todos los atractivos de Beirut se encuentran en su bello y limpio Centro Histórico. Un buen lugar para iniciar tu recorrido en esta ciudad es la Plaza Martyrs, donde está la mezquita Mohammad Al-Amin, la más grande y popular de la ciudad. Otra de las plazas más visitadas es la de Nijmeh, cuyo Reloj Rolex data del año 1930. Alrededor se encuentra el Parlamento, dos catedrales, un museo y una gran cantidad de cafés y restaurantes.

Otros atractivos son el parque Castle Square Belvedere, en el que yace un sitio arqueológico de más de seis mil años; y la Gruta de Jeita, que se conforma por dos espectaculares cuevas que albergan la estalactita más grande del mundo, suspendida a casi tres metros del suelo y descubierta en 1836. Una de las cuevas se recorre en bote; mientras que la otra a pie. Por desgracias, las fotos en su interior no están permitidas.

En lo alto de una montaña en la localidad de Harissa, sorprende la estatua de la Virgen María, la cual tiene una altura de 20 metros, se puede ver desde muchos lugares; la mejor forma para llegar allí es mediante el teleférico, pues la montaña mide 650 metros de alto. Eso sí, estar arriba es garantía de panorámicas inauditas, incluidas la de la Bahía Jounieh. También, puedes visitar el pintoresco pueblito costero de Biblos, en él hay un castillo, un mercado e infinidad de restaurantes y tiendas cerca de la marina.

Aunque, el principal atractivo turístico de Líbano es la zona arqueológica de Baalbek. El trayecto desde Beirut es ya una aventura, pues está lleno de paisajes maravillosos, sobre todo en el invierno. Esta zona arqueológica es una de las más importantes y preservadas del Medio Oriente; lo que se puede apreciar allí data del siglo I al III D.C. y no fue sino hasta inicios de 1900 cuando el mundo actual supo de su existencia. El Templo de Baco está prácticamente intacto, y algunos otros son el de Venus y el de Júpiter, de éste último sólo sobreviven los pilares de 30 metros de altura –los más grandes del imperio romano–, construidos durante 300 años.

Aunque estas columnas se encuentran en perfectas condiciones, frecuentemente deben ser objeto de mantenimiento, pues han sido varios los temblores los que han sacudido a Baalbek. Aún quedan afortunadamente muchas edificaciones en muy buen estado. Si tienes planeado visitar el Medio Oriente, ten en cuenta a Líbano, podrás encontrar lugares espectaculares creados por la madre naturaleza (pero también los edificados por el hombre), abundante historia, gastronomía inigualable –no te vayas sin probar sus emblemáticas tortillas–, gente agradable y servicial, así como música y cultura formidables.