El artista tapatío se inspira por el oído, pues la música le ayuda a concentrarse en crear sus piezas

Por: Fabio Mendoza
Fotografía: Alfredo Torres

Seres que emergen entre los colores de los lienzos, magia ancestral que revive en un cuadro, sueños que se materializan; así son las obras de Luis Guillermo González, artista tapatío que platicó con MAXWELL acerca de él y su carrera. “Mis motivaciones siempre han sido los sueños y las realidades alternas, el despertar de la conciencia como finalidad de expresión”, nos confiesa.

“Como inspiración en mis primeros años reconozco la música que escuché en casa de mis padres: jazz, bossa nova, rock y big band. Así como infinidad de lecturas ocultas que siempre despertaron mi curiosidad, sin dejar de lado los libros de grandes maestros de la pintura que se encontraban vigentes en los años 80 y 90. Actualmente, mi creatividad es marcada desde el indie rock hasta la música electrónica y experimental, todo con un corte underground. Quiero lograr una sociedad más despierta y consciente de sus emociones, de su entorno y de la naturaleza”, aseguró.

Si bien la música es una importante fuente de ideas, González dice encontrar inspiración en todas las artes: danza, teatro y cine (del cual se confiesa gran fan). “Un ejercicio que me aporta mucho es buscar la actualidad en todas las expresiones del arte y hacer revisiones de las mismas, esto nos crea un criterio como artistas plásticos”.

Luis comenta que su forma de crear y de trabajar ha evolucionado a la par de su maduración como creador. “Bueno, creo que la evolución de mi obra se fue dando mientras me atrevía a experimentar con diferentes técnicas, sustratos y materiales, el echar a perder siempre es un norte para ser crítico con tu obra e ir mejorando. Existen bastantes formas de llegar a un resultado, esta parte me fascina del arte contemporáneo: puedes enviar un mensaje de forma distinta, todo esto jugando con los materiales”.

Acerca de lo que sus obras transmiten al espectador, González apuntó: “Definitivamente lo que trato de comunicar es energía y movimiento, me expreso mucho con el color, aunque también trabajo sólo en negros y grises; pero, sin duda, la energía que imprimo en cada obra me caracteriza”.

En ocasiones gusta de colaborar en causas benéficas, como lo ha hecho con Síndrome de Ondine MX, talleres para discapacitados en Tlajomulco y las tribus Sioux frente a la construcción de un oleoducto en sus tierras. “Siempre será una motivación colaborar para ayudar, ya sea dando información o presentando una obra que pueda despertar la conciencia en los demás”, finaliza.