Una oda gastronómica de la cocina italiana.

Texto: Redacción Maxwell | Fotografía: Cortesía de Bulgari

“Imaginé una cocina que no es ni la de Reale ni la de Spazio. Trabajamos para crear una antología de grandes clásicos. No sólo en términos de ingredientes y recetas, sino también conceptos ligados a la presentación y al servicio de nuestra tradición, que nos esforzamos en interpretar en de una manera correcta pero también actualizada, concisa y necesaria, y que sería replicable sin riesgo de error. Esta es la comida que me gustaría comer lejos de casa, ‘mi ideal’ de la cocina italiana”.

La moda no solo está presente en las pasarelas, algunas de las casas de moda más famosas han abierto sus propios restaurantes, cafeterías y hoteles en diferentes partes del mundo, llevando su creatividad, elegancia y estilo a nuevos espacios e industrias.

Una de ellas es Bulgari, la marca romana que, además de crear increíbles piezas de joyería, tiene hoteles y resorts en destinos como Milán, Tokio, París, Dubái, Bali, Shanghái, Londres y Roma, que se caracterizan no solo por el lujo ya conocido de la Casa, sino también por la experiencia culinaria que aguarda dentro de sus instalaciones.

A cargo de los restaurantes de Bulgari se encuentra el chef Niko Romito, quien tiene 3 estrellas Michelin por su restaurante Reale. El objetivo de Romito era establecer un verdadero “canon” del italiano contemporáneo; una cocina que exprese al máximo la cultura, elegancia y vitalidad del Made in Italy.

Trabajando desde Casadonna, el antiguo monasterio que alberga el restaurante Reale y sus laboratorios, y aplicando el método de investigación que dio origen a los demás formatos en su sistema empresarial, Romito trae a los comedores de los hoteles Bulgari un menú que es el resultado de casi dos años de estudio.

Junto a los chefs que le acompañan en los proyectos de Bulgari, Romito identificó un núcleo de platos y conceptos gastronómicos en los que se refleja la esencia de la comida italiana, tratándolos con las técnicas y principios que caracterizan el método Reale: atención a la ligereza y a la estructura, la búsqueda de un sabor absoluto, equilibrio y placer.
El equipo elaboró protocolos para que el menú puede ser replicado por diferentes equipos de cocina, asegurando el mismo nivel de calidad y una experiencia igualmente poderosa y exclusiva en todas las ubicaciones, independientemente de la geografía.

“La única manera de que la gente conozca nuestra forma de abordar la alimentación y comer es hacer que lo prueben. Sólo así alguien que vive lejos puede adquirir su propia comprensión del gusto italiano. La comida es naturalmente una experiencia total que se extiende más allá de lo que hay en el plato. Es una cuestión de ambiente, atención, refinamiento y más. Quien va a un Hotel Bulgari y cena en un Restaurante Niko Romito, ya sea en China o Dubái o en cualquier otro lugar del mundo, saldrá con la sensación de haber visitado nuestro país, aunque nunca hayan puesto un pie allí. Este es mi sueño”, concluye Romito.