Los seres humanos compartimos una atracción natural por el agua; tal vez, esa es la razón de que las playas se posicionen entre los destinos favoritos de los turistas.

Redacción: Liliana Núñez.
Fotografía: Cortesía.

Si lo que buscas es aislarte del mundo, el faro Pater Noster es para ti; se ubica en la pequeña y remota isla Hamneskär, en la costa oeste de Suecia. Las tempestuosas aguas que rodean la isla han sido temidas durante siglos, y los marineros solían leer el ‘Padre Nuestro’ (‘Pater Noster’ en latín) cuando sus barcos se acercaban a los peligrosos arrecifes del lugar.

El faro fue construido en 1868 y recibió el nombre de Pater Noster como tributo a las oraciones de los marineros. Allí se edificó una casa para el farero, su familia y el personal. Durante casi 110 años, generaciones de fareros convivieron con sus familias en este entorno extremo, cuidando el faro, rescatando a los náufragos y creando una pequeña y aislada sociedad.

Pater Noster fue reinventado y convertido en un maravilloso hotel boutique gracias a un equipo visionario de empresarios, hoteleros, restauradores, diseñadores, marineros profesionales suecos y al galardonado estudio de diseño Stylt. Cuenta con nueve habitaciones. Al hospedarte en el hotel, podrás disfrutar de un restaurante que sirve mariscos frescos, un bar y un café al aire libre que ofrece pasteles y pan recién horneados.

Los interiores, de inspiración marina, cuentan con paredes y techos con paneles de madera y muebles rústicos que rinden homenaje a la fascinante historia del hotel. Se utilizaron papel tapiz personalizado e impresiones artísticas en toda la propiedad. Para acceder a la isla tendrás que tomar una embarcación semirrígida o un helicóptero desde la isla de Marstrand o Gotemburgo.

Con tarifas a partir de los 560 dólares por noche, Pater Noster ofrece a sus huéspedes experiencias genuinas con un fuerte patrimonio cultural como la pesca en alta mar, escribir una novela, navegar, clases de cocina sueca, kayak, buceo o meditación en el mismo faro legendario.

Lo que encuentras en un faro  

Casi todas las historias generales de los faros comienzan con Alejandría o antes, desde las almenas de los celtas, pasando por la Torre de Hércules y los primeros faros medievales en Francia, Inglaterra, Italia, España y China. Los mayas construían monumentos que iluminaban por dentro para señalar dónde era riesgoso o posible desembarcar. Los celtas encendían fogatas para enviar mensajes a lo largo de la costa. Por todo lo anterior, visitar un faro es garantía de descubrir fascinantes leyendas de siglos pasados. Pater Noster no es la excepción, serás testigo de la Historia.