Fue el artista invitado en la 23ª edición de los Latin Grammys, que se celebró en Las Vegas, Nevada.

Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Enrique “Oso” Esquivel

Quetzal es nacido en Morelia, Michoacán en 1988. Realizó sus estudios en Arquitectura en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, además de una breve estancia en la Facultad de Bellas Artes. 

Se describe como un ser humano libre, sensible, honesto, decidido e íntegro. Es también un referente contemporaneo, artísticamente hablando. De hecho, fue seleccionado como el ganadar al artista emergente de la 23ª edición de los Latin Grammys, que recientemente se celebró en Las Vegas, Nevada, donde el maestro Marco Antonio Solís se coronó como el artista del año.

El diseño que se usó en toda la publicidad del evento es creación de Quetzal, y el mural oficial lo podemos encontrar en las afueras de la casa de Solís sobre Avenida Acueducto de la ciudad de Morelia. 

A partir del 2014, a sus 26 años, inició decididamente su trayectoria como muralista dedicándose de tiempo completo al arte público. Inspirado en los trabajos de la Brigada Muralista ‘Ramona Parra’ -en Sudamérica- y del pintor chileno Alejandro “el mono” González, realizó sus primeras pinturas murales en el norte y centro de su ciudad natal con un enfoque preponderantemente antropocentrista: anatomías humanas en diversas posiciones expresadas en formas predominantemente circulares; esta colección de 23 murales en total es un análisis pictórico -en torno a las circunferencias- de la flexión y articulación del cuerpo humano, dejando entrever diferentes emociones humanas implícitas en cada postura. A esta serie gráfica la tituló “Cuerpos”. 

Otra serie que está trabajando actualmente la titula “Metastasis urbana”, en la que hace esta analogía entre la ciudad y el cuerpo, siguiendo la filosofía de no solo llamarnos “ciudadanía”, sino “cuidadanía” que significa hacernos cargo de la ciudad como si fuera nuestro segundo cuerpo.

“Para mí, el arte es pureza, acupuntura urbana, dignificación del espacio público, un medio para sanar la ciudad. Por lo mismo, busco lugares que estén en calidad de olvido, contaminadores visuales o terrenos olvidados que nadie voltea a ver para transformarlos en plataformas artísticas”, comentó Quetzal.

Sus principales influencias en la representación mural son Jorge González Camarena, David Alfaro Siqueiros y Oswaldo Guayasamín, que así mismo han influido en su postura ante el arte público. 

A través de la pintura en las calles, Quetzal clama dignificar el espacio y la ciudad para sus habitantes, pues considera el arte “una parte importante del mecanismo que puede conducir al mejoramiento de las ciudades”, con lo que reafirma su enfoque social en su quehacer artístico.