Con veintisiete años, Ricardo se ha vuelto un referente del arte y la arquitectura en el centro del país. En sus obras refleja la luz del campo mexicano, el movimiento y el folclore; escenas de todos los días convertidas en arte.

Texto: Luis Ángel González
Fotografía: Cortesía

Rodeado de sentimientos estéticos, Ricardo creció con el arte en las venas. Y con el paso del tiempo, fue consciente del contenido de sus libretas; sus manos creaban bocetos, dibujos y trazos. “Bocetaba en todo momento; en la escuela, en los viajes, en el campo, en la casa. Así me di cuenta que esto era lo mío”, confiesa. Dentro de sus trabajos se apreciaba su casa, su taller soñado, edificios con diferentes perspectivas; e, influenciado por su abuelo, descubrió que la Arquitectura sería su camino. Con quince años tuvo su primera exposición.

Uno de sus mayores logros fue abrir su galería de autor; espacio donde comparte su esencia a través de las docenas de obras que él crea con una técnica mixta con óleo y acrílico. “Ha sido un reto conjugar el taller con la oficina y no dejo de trabajar para posicionarme en el arte internacional, gracias a ello he participado en festivales de arte en Miami, Nueva York y Europa”, declara.

Su galería de autor es la única con este concepto en San Luis Potosí; esto le ha permitido influir en la percepción de lo que se busca en el arte. “A veces ni te imaginas quien puede estar interesado en comprar un cuadro y eso es lo más interesante. Mis lienzos se convierten en un portafolio que se transforma, y las personas regresan para ver como evoluciona; esto hace más sólida mi propuesta´.

El descubrimiento de su técnica

Un impresionista contemporáneo, que hoy en día se ha posicionado de manera importante, nos comparte desde la intimidad de su galería que cierto día, de campamento con unos amigos, intentó lograr un cuadro con pinceles; sin embargo, estas herramientas se le caían constantemente, así que decidió utilizar sus manos. “Fue en ese momento cuando exploto mi técnica. Al no estar en el confort de mi taller, empezaron a salir cosas de mi mente. Rompí límites y eso genero nuevos trazos y ritmos; es como escribir una canción. Cada obra te demanda cosas diferentes, es única”, nos dice.

En su galeria de autor comparte cuadros que materializa a través de una técnica mixta con óleo y acrílico. 

Ricardo se encuentra agradecido con todas las personas que lo han influenciado; particularmente, con su amigo Diego Ramos (artista colombiano que radica en Francia). El trabajo de Diego y cárteles de toros del siglo pasado le permiten formar un estilo único. La sociedad potosina es testigo del talento que se consolida de forma afortunada.

Hoy en día, Ricardo se encuentra en crecimiento artístico, tema que combina con su profesión de arquitectura; ambos rubros lo apasionan por completo. Como él dice: “Cuando miran mis obras descubren quién soy yo, mis miedos y mis verdades”. Estamos seguros que, a corto plazo, veremos al joven artista en más galerías de fama mundial y en obras arquitectónicas de renombre internacional.

Si tienes curiosidad por el trabajo del artista, visita Real de Lomas 350, Lomas 4ta Sección. Plaza Covalia en San Luis Potosi (México).