Después de 20 años en el mercado, esta marca se caracteriza por su esencia transgresora e irreverente.

Entrevista: Mario Preciado
Texto: Liliana Núñez
Fotografía: José Emmanuelle Elías López

Las tendencias son caprichosas; se mueven con rapidez a rincones insospechados. Es por ello, que la capacidad de observación es un elemento inherente en un diseñador; Umberto Luce cuenta con el ojo avizor que le permite crear piezas icónicas para un mercado poco explorado. Lo entrevistamos y descubrimos las claves de su éxito.

Desde joven, Umberto rompió los cánones de lo ordinario: le gustaba pintar su cabello con diferentes colores para mostrar su personalidad desafiante; elemento que lo llevó a desarrollar el ADN de su marca. Umberto estudió Diseño Industrial en la Scuola Italiana Design, en Padua (Italia). “Esta experiencia me marcó por completo. En Europa, en todos lados me encontraba con un pedazo de Historia. Finalmente, decidí especializarme en Diseño de Calzado en la escuela Arsutoria”, declara.

A su regreso, se dio cuenta del retraso en diseño que existía en el país. “Entrabas en una fábrica y veías los mismos diseños que hace 20 años. Las fábricas sólo tenían dos modelos: negro y café; y a duro y dale, haciendo millones. Todavía no existía esa rapidez en la información (…) Antes, costaba mucho vender ideas nuevas”. 

Los diseños que Umberto Luce realiza para los bikers son una mezcla de protección y moda. Él es un apasionado de la música y cuando diseña, le gusta pensar en un cliente que no busca ser el centro de atención ni portar una marca; sino más bien, en quienes valoran lo artesanal.


En 1998 nació la marca Umberto Luce, las ideas frescas del proyecto fueron una sorpresa para los consumidores sofisticados. En la actualidad conservan altos estándares de calidad y, el explorar en un micro nicho de mercado como son los motociclistas, les ha permitido pactar alianzas tan importantes como la que tienen con D3O, compañía londinense especializada en desarrollar tecnología en protección y absorción de impactos. Hoy, Umberto Luce ofrece en su línea de motociclismo esa protección.

“Cuando quieres hacer productos de alto valor agregado implica una fabricación más lenta. Tenemos mucho cuidado con el tratamiento de las pieles, eso te orilla a un proceso artesanal. Siempre hemos apostado por los mejores materiales”, afirma.

La Internet y el comercio electrónico cambiaron la forma de consumir artículos de lujo; ahora, los clientes son expertos en tendencias y buscan los elementos que se identifiquen con su estilo. “Hace tiempo, escribieron una reseña de nuestra marca en un blog australiano de motos. El artículo decía que uno de nuestros modelos parecía inspirado en las botas de los aviadores antiguos. Como consecuencia, nos llegaron muchos pedidos (…) Así decidimos adentrarnos en ese nicho”.

Siempre han tenido una visión global, uno de sus logros fue colocar a la venta sus productos en The Bike Shed (Londres), tienda que se encuentra al interior de un restaurante. La experiencia en ese espacio es fuera de serie, ya que el comensal puede meter su moto, mientras pide algún platillo. “El próximo año queremos exponer en la feria de The Bike Shed y queremos ser parte del mundo de las motos, donde las marcas sí son visibles”.

Finalmente, algunos lugares adonde Umberto ha exportado su calzado han sido Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, China e Indonesia. En México, además de la compra en línea, se pueden conseguir en El Palacio de Hierro y en la tienda de motociclismo Custom Rock (CDMX).