El artista plástico cumple 30 años de camino profesional en el arte, con una obra honesta apegada a sus sueños y con la visión abierta de seguir creando.

Por: Mario Preciado (IG @mariopreciado_)
Fotografía: Diego Torres (IG @torres8168)

Para Alejandro, reconocido artista plástico leonés, lo mejor que le ha sucedido al cabo de 30 años sumergido en el arte fue hacer de su modus vivendi una pasión. Cuando tenía 20 años, supo que podría llegar a vivir de ello; hoy, su satisfacción está en que trabajo y pasión conviven bien en su estudio. “Desde el principio, aproveché cualquier puerta que se abría para mostrar mi trabajo y así cerrar el círculo del arte (…) Lo que siempre deseé o soñé puedo decir que fue superado por la realidad”, declara.

Alejandro es un amante del aprendizaje y la docencia, durante 28 años ha impartido clases de Pintura y al mismo tiempo nunca ha dejado de estudiar. Cuenta con una matrícula de 80 alumnos quienes, asegura, son también sus maestros, pues lo llenan de inquietudes y ganas de explorar nuevas técnicas y materiales.

Durante algún tiempo Alejandro vivió y trabajó en Florida; sin embargo, a diario soñaba con regresar porque la inspiración de su obra proviene de México, de su familia, y es también la propia comunidad leonesa la que se siente ligada de alguna manera a sus mensajes, y esto representa un mercado cautivo. De hecho, arquitectos e interioristas acuden frecuentemente a él para adquirir su obra cuando su estilo se adecúa a los proyectos que están realizando. “León ha sido una cuna muy apapachadora que me ha apoyado”, explica.

Reconocemos cinco capítulos en su trayectoria que lo marcaron y lo impulsaron a seguir creciendo. Uno de ellos fue el apoyo de su familia, quienes incrédulos de que pudiera llegar a hacer una carrera en el arte, lo apoyaron por la pasión que vieron en él. Una más fue el estudiar Diseño Gráfico, lo cual le dio las herramientas para apreciar el poder de la imagen en términos de comunicación y monetización de la misma. El impartir clases, sin duda, fue otro acto trascendental.

Un cuarto momento en su trayectoria fue su incursión en el grabado, hace 15 años; una oportunidad para reproducir la imagen y llegar a otros públicos. El grabado estilizó su obra y la dotó de una evolución muy particular. Finalmente, hace seis años lanzó una línea de artículos textiles y de diseño de uso personal, impregnados con su obra pictórica. “Fue una decisión muy afortunada y que me ha nutrido”, añade.

El trabajo de Alejandro es inconfundible y presentan distintos elementos recurrentes, uno de ellos es la mujer, homenaje a su poder, fuerza, integridad, a su capacidad de resolver y de transmitir la moral y la ética. Otros elementos constantes son el corazón, las manos, las flores y el follaje, así como aves, peces y caballos, los que utiliza por su asociación a los espacios de conciencia y al tiempo. Es un trabajo introspectivo que narra sus propias historias.

“Hay muchas personas a las que debo agradecer: la gente que ha seguido mi trabajo y que son un soporte para que mi obra tenga la libertad de continuar; asimismo, a quienes durante estos 28 años de clases han aportado significativamente en mi formación”.

Alejandro López

Meticuloso a la hora de pintar, no puede existir el desorden en su estudio, regularmente se acompaña de música y de una copa de vino tinto. Alejandro busca continuar produciendo obra, trabajar nuevas técnicas –como lo ha hecho recientemente al intervenir textiles y fotografías–, viajar, ser un artista dispuesto a tener intercambios culturales y seguir siendo ese niño que siempre se ha inspirado en sus sueños e historias fantasiosas.

Instagram: @alejandrolopez71 Web: alejandrolopez.com.mx