“Me gusta interactuar con la gente, conocer y platicar antes de realizar la foto. El trabajo empieza desde antes; al escuchar y entender a la persona se crea la conexión”

Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Fernando Avila

En sus inicios comenzó lanzando flashes entre calles, edificios y arquitectura y aunque actualmente le dedica mucho tiempo a la fotografía social, lo suyo es el retrato, bajo la premisa de conectar primero con las personas para luego tomar fotografías.

Antes de contarte sus éxitos y trayectoria, te pongo en contexto: Diego Alejandre es Licenciado en Comercio Exterior por la Universidad de Morelia. Terminando su carrera se fue un tiempo a San Francisco, California para después regresar a su ciudad natal en Morelia, Michoacán. 

Tuvo la oportunidad de trabajar para una agencia aduanal donde era el encargado de recibir contenedores de aguacate de Uruapan para exportarlos a Estados Unidos y aunque era un trabajo que disfrutaba, él sabía que no era precisamente su vocación.

Luego de otros trabajos como ejecutivo de cuenta en diferentes bancos y algunas otras empresas, encontró en la fotografía una nueva pasión que apenas empezaría.

Al inicio lo tomó como hobby, como una buena forma de entretenerse y salir un poco de la monotonía del día a día, pero conforme pasaba el tiempo iba estudiando más, practicando más, experimentando más y con esto creciendo más su amor por la foto.

Se empapó tanto del tema que, a pesar de que por mucho tiempo hacía las cosas a la par, llegó el momento en el que decidió dedicarse de lleno a esto.

Y es que no son sólo sus más de 15 años de experiencia desde que tomó una cámara por primera vez lo que lo posicionaron en donde hoy está, sino que también es su arte, talento y dedicación lo que nos inspira.

“Me gusta interactuar con la gente, conocer y platicar antes de realizar la foto. El trabajo empieza desde antes; al escuchar y entender a la persona se crea la conexión”. Es así como Diego considera que se logra un buen retrato porque, en sus palabras, haciendo clic y sinergia se puede obtener mucho más de la esencia de alguien que si sólo se trata superficialmente.

Finalizó diciendo que todos deberíamos hacernos un retrato porque es una forma de darle significado a cierta etapa de nuestras vidas; y que después de años podamos recordar para volver a vivir.

Además:

  • Uno de los retratos que más recuerda es de un zapatero que nada tiene que ver con la fama; pero que después de que le platicó toda su vida, logró captar su historia en una foto.
  • Tiene un canal en YouTube llamado ‘El búnker de las ideas’, donde habla de arte, teatro, literatura, cine, fotografía, libros y procesos creativos