Ganar no siempre es lo más importante: querer ganar sí lo es.

Por: Hugo Jaramillo (@hugojaramillocoach)
Fotografía: Especial

Sí, trata de ser el mejor. No importa quién seas, no importa dónde te encuentres, no importa si eres hombre, no importa si eres mujer; lo que es realmente importante es que tu compromiso sea serio con la intención de ser el mejor. Claro, habrá momentos en los que la cooperación sea posible y habrá momentos en los que la cooperación sea lo deseable, pero no siempre será así, y hay que decirlo fuerte y claro: habrá momentos en los que tengas que defender tu territorio, en los que tengas que abrirte paso y luchar por lo que quieres.

¡Cree en ti! Porque cuando el camino se ponga realmente difícil, cuando te encuentres solo y mil voces en tu cabeza traten de disuadirte, tendrás que silenciarlas para escuchar la única voz interior válida: la tuya. Tendrás que platicar contigo y decirte: “Oye, tienes
que aguantar, tienes que esforzarte más, ¡tienes que seguir avanzando!”

Deja de dudar. Cuando el momento llegue, será tiempo de ser contundentes. Repite dentro de ti que tú eres el elegido, que eres grande, que eres único; no sólo lo repitas, siéntelo en todo tu ser. ¡Eres el mejor! Lucha hasta el final o hasta que ya no puedas más, porque tu vida dependerá de la fuerza que tengas dentro de ti.

Y cuando las probabilidades estén en contra tuya, levanta la mano, destácate, ¡grita más fuerte!, sal de la multitud e ignora a los que les incomode la intensidad del brillo de tu presencia. Prepárate para una cosa: ¡ganar! ¿Qué tiene de malo querer ser el mejor? ¡Nada!

Dando lo mejor de ti es como mejor puedes ayudar a los demás, pues los puedes inspirar a ver en el futuro una versión de ellos mismos mucho mejor de la que tienen en el presente, ya que dirán: “Si él pudo, tal vez yo también pueda”. Y al final, cuando seas tú el que siga en pie, te sentirás como nunca te habías sentido; eso se llama éxito, eso se llama victoria, eso se llama satisfacción. Eres el mejor, jamás lo olvides.