Texto y fotografía: Cortesía de la marca

El artista mexicano Pedro Reyes, quien ha explorado sin reparo distintas técnicas a lo largo de su carrera, fue quien tomó la encomienda del prestigiado Tequila Casa Dragones para diseñar la nueva botella edición limitada del tequila Casa Dragones Joven. Anteriormente, habían hecho colaboraciones con artistas como Gabriel Orozco, en 2009; y Danh Vo, en el 2015.

Los delicados grabados tradicionales del decantador de cristal de Casa Dragones que rodean el cuello y la base, fueron sustituidos en esta nueva edición limitada de apenas 500 botellas por un simple y elegante diseño grabado a mano que se inspira en la pieza original ‘Epicuro’ del propio Reyes, una escultura de piedra volcánica que mide casi tres metros de alto.

Tequila Casa Dragones y Pedro Reyes exploraron juntos lo que significa la artesanía en un nuevo contexto creativo. Cada una de las 500 botellas destinadas al mercado mexicano fueron creadas con una meticulosa atención al detalle y con el manejo artesanal que caracteriza la mano de Reyes.

El artista mexicano se interesó por la figura de Epicuro “por el cambio radical que trajo a la filosofía. Los pensadores que lo precedieron se preguntaban cómo podíamos ser buenos, pero él se preguntó cómo podíamos ser felices. Considero que el espíritu de Casa Dragones está muy conectado con Epicuro en el sentido en el que puedes sentir la alegría y el cuidado con el que fabrican el producto y al momento de consumirlo. Es natural decir que estas ideas están conectadas”.

Lanzada a la venta a principios de febrero, cada pieza tiene un precio de $1,350 dólares. Las botellas están numeradas y fechadas a mano en la etiqueta. Para el lanzamiento se creó un podcast titulado ‘Tardes tequileras’ en el que participan el artista; además,  Bertha González Nieves, CEO y cofundadora de Tequila Casa Dragones; y Laura Copelin, directora ejecutiva y curadora de Ballroom Marfa. En el podcast se habla acerca de la experiencia del artista mexicano al crear la botella. Pata Reyes, tanto su escultura como la botella simbolizan el deleite de poseer la libertad del dolor y del miedo.