El equipo pretende ser un reflejo de la sociedad michoacana: apasionados, disciplinados, comprometidos y entregados.

Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Enrique “Oso” Esquivel

Con una de las aficiones más importantes del fútbol mexicano, hace apenas unos meses, Morelia se despidió de Monarcas para dar lugar al regreso del icónico Atlético Morelia; y es que la esencia del Atlético es la de ser un equipo aguerrido, que deja todo en la cancha buscando los mejores resultados.

Para que esto fuera posible, fue necesaria la participación de personalidades como Enrique Ramírez, un michoacano que constantemente busca proyectos para su estado; Carlos Herrera, secretario de Gobierno de Michoacán, quien fungió fundamentalmente para llegar a un acuerdo entre las partes; así como Adrián Huerta; Gabriel Villaseñor; y José Luis Higuera, quien ahora funcionaría como presidente del club.

“Como presidente del club se requiere mucho ímpetu y disciplina. Soy un hombre competitivo que se siente orgulloso y comprometido para entregar resultados a estos cuatro grupos de interés”

José Luis es empresario e inversionista; tiene también gran experiencia en el ámbito futbolístico: fue director general del Club Deportivo Chivas de Guadalajara y, más recientemente, dueño del Club Zacatepec en el Ascenso MX. Llegó a este estado porque incursionó en la industria del aguacate como línea de belleza y aceite comestible. Sin embargo, tras el llamado de Enrique Ramírez, platicaron acerca de invertir en un proyecto de liga de expansión, con la intención de hacer todo el proceso para que en un periodo de dos a cinco años pudieran competir y estar en las filas de primera división.

 “Michoacán es una de las ocho plazas más importantes de la República para tener un equipo de primera. No vamos a descansar hasta ir ascendiendo en las diferentes etapas para volver a posicionarnos y ser un orgullo para todo el estado”, señaló. Comentó que Atlético Morelia es un proyecto integral que, además de conseguir títulos, se enfoca en:

1. Actuar como agente de cambio para ser el motor social que arrope a niños, jóvenes y adultos.

2. Que la mayoría de las acciones estén en manos de empresarios michoacanos.

3. Tener un patrocinio importante; en este caso, la industria del aguacate que se sume a la parte social.

4. Que exista una cláusula para que el equipo no se vaya de Morelia, de lo contrario habrá una fuerte penalidad.

Lo anterior lo presentaron cerca de 17 socios (en su mayoría michoacanos) al gobernador de Michoacán y su secretario; con el propósito de reactivar el fútbol y recuperar no sólo un equipo, sino toda la comunidad que integra la afición.

Atlético Morelia representa un sueño y una pasión; es un proyecto social que involucra cuatro stakeholders o grupos de interés: los accionistas y aliados estratégicos; la comunidad y el impacto social que se genera para ser agentes de cambio; la afición que quiere ser escuchada y espera resultados; y el capital intelectual, que va desde jugadores satisfechos y orgullosos de pertenecer al equipo, hasta todo el cuerpo técnico que está detrás de la cancha.